Senado avanza con “Plan B” a la Convención sin resistencia de La Moneda

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El gobierno ha sido el principal ausente en la tramitación de esta reforma, que se inició la semana pasada. Sin embargo, tras la aprobación de la iniciativa en la Comisión de Constitución, el ministro Jackson dio al menos un par de señales. Dijo que es "una buena noticia el que sectores que históricamente se opusieron a quitar esos cerrojos estén abriéndose”, sostuvo en alusión al apoyo de la derecha a la reforma. Además, añadió que los 4/7 en algunos casos no han sido suficientes.


Un día después de que la Convención Constitucional se disolviera con la entrega de un texto, que se votará en el plebiscito de salida del 4 de septiembre, una jornada de señales políticas se dieron en el Congreso.

Este martes en la mañana, la Comisión de Constitución del Senado aprobó por unanimidad de los presentes una reforma constitucional que rebaja el quórum vigente de 2/3 para modificar la actual Carta Fundamental a 4/7 de los legisladores en ejercicio. Esta iniciativa de los senadores DC Ximena Rincón, Iván Flores y Matías Walker, además del independiente PPD Pedro Araya, en la práctica habilita un “Plan B” para iniciar un camino alternativo al proceso constituyente que llevó la Convención, en caso de que gane el Rechazo.

Hasta el momento, el gobierno ha sido el principal ausente en la tramitación de esta reforma, que se inició la semana pasada. Si bien hubo declaraciones contrarias del propio Presidente Gabriel Boric cuando se anunció la iniciativa, en la discusión formal que se ha dado en el Congreso, los representantes del Ejecutivo se han inhibido de participar.

Sin embargo, tras la votación, en la tarde, el ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson, dio al menos un par de señales. “Hay libertad parlamentaria y creo que es una buena noticia el que sectores que históricamente se opusieron a quitar esos cerrojos que impedían discutir la Constitución, hoy día, ad portas de un plebiscito, estén abriéndose”, sostuvo en alusión al apoyo de la derecha a la reforma.

Además, anticipando una posible bajada del gobierno cuando le corresponda fijar una postura, añadió: “Vale la pena recordar que por 4/7 hay iniciativas que se han caído, por ejemplo, la reforma para consagrar el derecho humano al agua, que se votó en enero de 2020, no obtuvo los 4/7, por lo tanto, aún así, en algunos aspectos esenciales, como puede ser el agua, al menos en el registro que consta en el Congreso Nacional, data de que es difícil conseguir ese quórum para aspectos tan fundamentales como el derecho al agua”.

El silencio legislativo de La Moneda no es casual. Ante la preocupación que existe en el oficialismo por el aumento del Rechazo en las encuestas y el giro que dio el Presidente para tratar de desvincular el éxito del gobierno con el resultado del plebiscito, este camino, apodado como el “Plan B”, dejó de ser una alternativa descartable o despreciable.

Incluso, el comentario de Jackson fue interpretado en el oficialismo como una apertura a negociar, subiendo un poco más apuesta, es decir, para reducir aún más el piso para cambiar la Carta Fundamental o bien para eliminar el quórum que hoy existe para leyes orgánicas, que es precisamente de 4/7.

El problema es que a nivel discursivo, el gobierno y los parlamentarios oficialistas no pueden salir avalando este “Plan B”, ya que abre el riesgo de hacerles el juego a la derecha y a los parlamentarios de la DC, inclinados por el Rechazo, para alimentar expectativas contrarias al Apruebo.

Este habría sido uno de los temas que abordó el ministro Jackson con el presidente de la Cámara Alta, Álvaro Elizalde, en una cita que sostuvieron hace dos semanas. Según comentan otros senadores que supieron de esa reunión, el gobierno no habría puesto reparos a que esta reforma se discutiera, al igual que el proyecto sobre infraestructura crítica, que también modifica la actual Constitución, otorgándole mayores facilidades al Presidente Boric para disponer a las FF.AA. en tareas de orden público y seguridad.

La inacción del Ejecutivo respecto del tema coincide con el giro manifestado por Boric los últimos días.

De hecho, el senador Walker, quien además preside la Comisión de Constitución, remarcó que a partir del mismo llamado del Presidente de separar al gobierno del plebiscito, dijo que “hay que ponerse en todos los casos y eso es lo que hace este proyecto”. “El gobierno va a ser el principal interesado en que este proyecto prospere”, añadió.

Por su parte, el senador Araya, también miembro de la misma comisión, que este martes aprobó la reforma, añadió que “puede ser la tabla de salvación si gana el Rechazo”.

Lo mismo remarcaron otros integrantes de esa instancia. “Hay que ponerse en todos los escenarios”, añadió la senadora Luz Ebensperger (UDI), mientras que su par de RN, Rodrigo Galilea, expresó que “debemos generar condiciones para una nueva Constitución”.

En la sesión de este martes, Walker, Araya, Ebensperger y Galilea votaron a favor del proyecto que podría verse en los próximos días en la sala del Senado, donde requiere del apoyo de al menos 33 senadores.

El único que no votó fue el socialista Alfonso de Urresti, quien sorpresivamente presentó una justificación y no llegó a la sesión. La postura del senador PS, sin embargo, también es una señal, pues coincide con la postura cautelosa de su bancada, donde si bien apoyarán la iniciativa, preferían no anticipar su respaldo en línea con la incomodidad que hay en el gobierno.

En La Moneda están conscientes de que el Rechazo tiene posibilidades de imponerse en el referéndum, tras los resultados de diversas encuestas que sostenidamente han mostrado una fuerte adhesión a esa alternativa. Por lo mismo, el avance de esta reforma no compromete la estrategia final del gobierno, que es lograr una nueva Constitución.

De hecho, el propio Mandatario dio señales la semana pasada de estar abierto a “mejorar” el texto constitucional o, en caso de que se imponga el Rechazo, mantener conversaciones para viabilizar una vía alternativa después del 5 de septiembre.

El Jefe de Estado ha sido claro en que la Constitución actual está políticamente superada y, por lo tanto, de fracasar el Apruebo, habrá que actuar con realismo y abrirse a un “Plan B’'. Eso sí, Boric ha sido majadero en plantear que ese debate debe darse después del referéndum y no antes.

El Presidente ha mostrado matices en su posición respecto de la iniciativa. A inicios de junio dijo que “se demoraron un poco” y que le costaba creer que quienes se han negado por tantos años a los cambios estarán dispuestos a hacerlo ahora. No obstante, la semana pasada agregó que el proyecto debía seguir su curso en el Parlamento.

Tras la aprobación en la Comisión de Constitución, la reforma tiene un pronóstico favorable en la sala del Senado. Solo contando los votos de los autores de la iniciativa, más los respaldos de la UDI, RN y Evópoli y el independiente Karim Bianchi, la iniciativa tiene un piso de 29 apoyos, es decir, a cuatro de su meta. Si a ellos se suman los eventuales votos a favor del PS y el PPD, superaría el quórum de aprobación.

Sin embargo, la principal valla será la Cámara de Diputadas y Diputados, donde se necesitan 103 votos, umbral que se vislumbra más lejano. Aun así, además de la DC y los apoyos de la UDI, RN y Evópoli, se han sumado otros aliados. La bancada del Partido de la Gente y la independiente Pamela Jiles han dado señales positivas.

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