7 vinos blancos para Semana Santa (y su maridaje de pescados y mariscos)

Ya sea por convicciones religiosas o simplemente por tradición, no son pocos quienes el Viernes Santo prefieren productos del mar. Eso hace que también surja el interés por las cepas blancas. Aquí siete propuestas, con sus respectivas sugerencias de acompañamiento.




Sauvignon Blanc Morandé Vitis Única

Aquí tenemos un sauvignon blanc elegante, con aromas muy delicados, que nos pasean entre las hierbas y los frutos cítricos. En boca se siente su mineralidad, además de ciertas notas cítricas y un final que evoca a duraznos, el cual persiste de manera muy agradable en boca.

Ante un vino tan distinguido, mejor no complicarse y disfrutarlo simplemente con unas buenas ostras. Aunque ojo: si preparamos para éstas una vinagreta con chalotas picadas muy pequeñas, más una buena cantidad de vinagre de jerez, el resultado será aún más reconfortante.


Semillón J. Bouchon Block Series

Una de mis cepas blancas preferidas, y que afortunadamente viñas como Bouchon se están encargando de recuperar y poner en el mercado, es la semillón. Esta línea en particular se caracteriza por un color amarillo intenso, casi anaranjado, con una nariz eminentemente cítrica aunque con algunos toques dulces. En boca es justamente eso: un vino jugoso y untuoso, que de verdad se disfruta. Por lo mismo, iría de maravillas con una sierra al horno acompañada de algún puré de verduras.


Gewürztraminer Cono Sur Bicicleta

Este ejemplar es una excelente opción en cuanto a precio-calidad para un vino de esta cepa tan difícil de pronunciar como intensa de beber. Muy frutal en nariz, en boca se siente fresca y potente, casi untuosa. Vendría muy bien con un picante o un curry de camarones ecuatorianos. Ahora, si consiguen camarón nacional, salteados simplemente con ajo y ají cacho de cabra irán perfecto con este gewürztraminer de la viña Cono Sur.


Chardonnay Casa Silva Cool Coast

Este vino proviene de viñedos ubicados en Paredones, cerca de la costa de la Región de O’Higgins, y por lo mismo posee un aroma a fruta fresca que de verdad seduce. En boca, a su vez, se siente mineral y con mucha fruta. Si bien se puede tomar solito a la hora del aperitivo, viene muy bien con unas almejas al matico y, ojalá, mezcladas con algo de piures. O, si lo prefieren, simplemente con unas almejas crudas con unas gotitas de limón. Se sabe: al final menos suele ser más.


Pipeño La Posada Don Torontel

Este es un pipeño que recuerda a esos vinos de antes, los que se bebían por cañas en las cantinas de ciudades y pueblos. De un amarillo intenso y aromas frutales, en boca sorprende con notas dulces mucho más tenues de lo que uno esperaría. Casi untuoso, persiste en boca con su frescor y pide a gritos una comida simple. Por ejemplo, una merluza frita con ensalada de repollo aliñada con limón. Un clásico por donde se le mire.


Riesling Matetic Corralillo

Un vinazo para cualquier ocasión. Con aromas de tintes frutales, pero a la vez bastante complejos, en boca mantiene ese tono pero además le agrega cierta acidez. En resumen: llena la boca con mucho sabor. Seguro andaría muy bien con cualquier pescado, pero pienso que tampoco jugaría mal con unas machas a la parmesana, cortando con sus notas frutales la cremosidad del queso y la mantequilla que tiene esta preparación.


Pinot Gris Apaltagua Reserva

Un vino sobrio, y a muy buen precio, que sorprende con aromas frutales contrastados con un sabor que, si bien continúa con las frutas, también gana en una acidez que lo torna persistente. Todo esto lo hace ideal para acompañar una pasta larga con ostiones, ajo y mucho perejil.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 28 de marzo de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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