Por Maximiliano VillenaCFA critica las causales de Hacienda para cambiar meta fiscal y advierte riesgos que deuda supere el 45% del PIB
Según el CFA, “los fundamentos invocados por el Ejecutivo para cambiar sus metas tuvieron su origen, principalmente, en errores de proyección de ingresos".

Una serie de críticas realizó el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) a la modificación del decreto del Ministerio de Hacienda donde fijó sus nuevas metas de Balance Estructural durante su periodo de gobierno, publicado el 10 de octubre de 2025 en el Diario Oficial.
El nuevo decreto del Ejecutivo sustituyó sus metas de Balance Estructural, fijándolas en –1,6% del PIB en 2025 y –1,1% en 2026, en reemplazo de las previamente comprometidas de –1,1% y –0,5%, respectivamente.
Según el CFA, para sustituir su decreto de política fiscal el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos (Dipres) invocaron un conjunto de razones que calificaron de “otras causales extraordinarias”, entre las cuales están la desviación de los ingresos proyectados y el perfeccionamiento de su metodología de estimación; la eventual prociclicidad derivada de la actualización del escenario macroeconómico y de los ajustes aplicados al balance estructural.
En su informe sobre el decreto, el CFA observó que “los fundamentos invocados por el Ejecutivo para cambiar sus metas tuvieron su origen, principalmente, en errores de proyección de ingresos identificados y corregidos en parte por ajustes metodológicos, propios del proceso de estimación del balance estructural”.
Ante ese hecho, el CFA sugiere que, existiendo un margen de discrecionalidad en la aplicación práctica de “otras causales extraordinarias”, su invocación por parte de la autoridad fiscal debe realizarse resguardando estrictamente que la ley consideró que la sustitución del decreto de política fiscal debe ser de carácter excepcional.
“En este contexto, el CFA considera que el uso de causales extraordinarias sin criterios claros en la ley abre espacio a discrecionalidad y puede debilitar la regla fiscal”, dice el informe.
En esa línea, indica que “el diseño de las cláusulas de escape -y de otras causales extraordinarias- debiera, además, contemplar mecanismos de corrección más efectivos que permitan reforzar el cumplimiento ex post de la regla fiscal”.
Por eso, “el CFA considera necesario resguardar la simetría de la regla fiscal y evitar que la sustitución del decreto se torne recurrente, y que, para ello, se precise normativamente el alcance de “otras causales extraordinarias” de forma tal de preservar la transparencia y sostenibilidad fiscal", apuntó el organismo.
Además, el CFA subrayó que advirtió una sobreestimación por parte del gobierno de sus ingresos de 2024 y su potencial incidencia en sus proyecciones para 2025, y señala que estos hechos no constituyen necesariamente un motivo extraordinario suficiente para sustituir sus metas fiscales.
Respecto de la idoneidad del cambio de las metas de balance estructural, el CFA señala que en sus proyecciones presentadas en su último informe semestral al Congreso muestran que las nuevas metas para 2025 y 2026 podrían ser coherentes con una senda fiscalmente sostenible.
Sin embargo, advierte que estas simulaciones muestran que la deuda bruta seguiría aumentando y acercándose al nivel prudente de 45% del PIB.
En este contexto, el CFA alerta: “La menor exigencia de las metas eleva el riesgo de superarlo, por lo que es necesario que se establezcan metas de BE más exigentes hacia adelante, y que se realice el esfuerzo fiscal necesario para cumplirlas”.
Deuda
El análisis de sostenibilidad elaborado por el CFA en su último informe semestral muestra que las nuevas metas de balance estructural para 2025 y 2026 (-1,6% y -1,1% del PIB, respectivamente, frente a las originales de -1,1% y -0,5%), "podrían ser consistentes con una senda fiscalmente sostenible; no obstante, la deuda bruta continuaría aumentando y acercándose al nivel prudente de 45% del PIB".
El informe detalló que si bien la dinámica de la deuda también depende del crecimiento económico, las tasas de interés, el tipo de cambio y otros requerimientos de capital, mantener déficits estructurales más altos acentúa ese riesgo y puede debilitar la credibilidad y sostenibilidad fiscal.
En esa línea, apuntó que “si el déficit estructural de 1,1% del PIB se prolonga más allá de 2026, la deuda sobrepasaría el nivel prudente en 2028 y seguiría aumentando, configurando una trayectoria difícil de sostener”.
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