
La familia Del Río divide aguas en Falabella
Los siete hermanos Del Río Goudie disolverán la próxima semana su principal vehículo en común: Dersa S.A. La decisión fue adoptada a fines del año pasado y se ejecuta este 30 de septiembre. Dersa posee el 8,19% de Falabella, lo que tiene un valor de más de US$ 1.200 millones.

Dersa fue una de las sociedades que unió a la familia Del Río en sus emprendimientos empresariales. Creada en noviembre de 1984 por el patriarca del clan, José Luis del Río Rondanelli, la sociedad anónima es el único negocio conjunto que mantienen los siete hermanos Del Río Goudie, quienes han separado aguas en sus otras inversiones.
Dersa es el vehículo de inversiones donde los Del Río comparten su presencia en Falabella y concentraba al cierre de 2024 un 8,19% del 14,38% que suman como clan. El año pasado, Dersa S.A. reunió acciones que los Del Río mantenían a través de otras sociedades -Inversiones Austral Limitada, Inversiones Vitacura S.A. e Inpesca S.A.-, las que fueron fusionadas y absorbidas por esa sociedad: con ello, Dersa subió casi tres puntos porcentajes, desde el 5,44% que tenía un año antes.
Gracias al avance del 63% de la acción de Falabella este año, el 8,19% de Dersa tiene hoy un valor de más de US$ 1.200 millones. Un patrimonio cuantioso que será distribuido. Hace solo tres años, los Del Río tenían 15,03%, lo que valía apenas US$ 800 millones.
A fines de 2024, los Del Río adoptaron otra determinación que se ejecutará la próxima semana. En una junta extraordinaria de accionistas de Dersa S.A., el 20 de noviembre, se aprobó la siguiente decisión: “Se modifica la duración de la sociedad, acordándose que la sociedad terminará y se disolverá automáticamente el 30 de septiembre de 2025”.
Según la Ley de Sociedades Anónimas, cuando una disolución se produce por término de la sociedad, el directorio debe consignarlo por escritura pública dentro de los 30 días siguientes, tras lo cual debe proceder a su liquidación por una comisión designada por la junta de accionistas. En el caso de Dersa, su único activo relevante son las acciones de Falabella, las que deberían ser asignadas a los siete hermanos, proporcionalmente a su participación.

De mayor a menor, ellos son José Luis (quien cumple 80 años en febrero de 2026 y tiene siete hijos); Bárbara (78 años, tres hijos); Juan Pablo (77 años, histórico presidente de Sodimac, hoy también director de Inchcape Plc., seis hijos); Felipe (exintendente de la región de Coquimbo, 72 años); Ignacio (empresario agricultor, 68 años, cinco hijos); Sebastián (67 años, tres hijos); y la menor, Carolina (65 años, cuatro hijos).
La partición de los Del Río era, según quienes los conocen, un proceso natural. Ya se habían separado en dos subconjuntos hace quince años, en 2009, cuando dividieron sus negocios más allá de Falabella. Entonces hubo sobres cruzados y quien ofreció más se quedó con las empresas en las que compartían. Así, los hermanos Juan Pablo, Carolina y Felipe se quedaron con Derco, el grupo automotriz que vendieron en más de US$ 1.500 millones a la inglesa Inchcape. También retuvieron un conjunto de 31 propiedades a través de Sociedad de Rentas Comerciales, las que arriendan a grandes clientes como Derco, Sodimac, Walmart y Unimarc.
El primogénito de José Luis del Río Rondanelli, fallecido en 2003, se quedó junto a sus hermanos Bárbara y Sebastián en la pesquera Friosur, bajo el paraguas de Inder. José Luis Del Río Goudie emprendió luego otros negocios -entró a TecnoFast y Gerdau Aza- y terminó separándose también de sus otros hermanos en Inder.
El séptimo hermano, Ignacio (65), dueño de San José Farms, no eligió ninguna de las dos alianzas.
El factor Falabella
La disolución de Dersa tiene una razón práctica de negocios. Los Del Río formaban un pacto de control en Falabella integrado por otros seis clanes: los Solari Donaggio; Cecilia Karlezi; los Cortés Solari; la familia de Juan Cúneo; Carlos y Andrea Heller, de Bethia; y Sergio Cardone.

Dersa S.A. era integrante de ese pacto y no se podía disolver mientras la alianza con sus socios, firmada en 2003, terminara. En julio de este año, cumplido el plazo, no hubo ánimo de los siete grupos para renovar ese pacto: Falabella quedó sin controlador y ahora cada uno puede correr con colores propios. Ya sabían, probablemente, que aquello ocurriría este año, cuando en noviembre pasado decidieron poner fecha de término a Dersa. Aquel 8,19% asegura un director en Falabella. Pero aquello pesa menos que otra razón, opina un cercano: “El valor de nombrar un director en una empresa con propiedad diluida es bajo: el valor de la liquidez es mucho más alto”.
Y ahí está la tercera razón: cada rama de los Del Río podrá ahora disponer libremente de su patrimonio sin ataduras, dependiendo de sus necesidades financieras y de sus intereses empresariales diversos. Sobre todo, con una tercera generación tan numerosa y atomizada. En total, los hijos de los siete Del Río Goudie suman 34 en total. Muchos de ellos tienen emprendimientos y vidas propias, pero son los dueños futuros de un patrimonio cuantioso, que sigue manejándose en family office cada vez más profesionales y donde las decisiones relevantes siguen radicadas en la segunda generación de los Del Río Goudie.
Falabella: ¿Uno o dos?
Hasta ahora, los hermanos Del Río han actuado en conjunto en Falabella: desde la fusión con Sodimac, en 2003, han designado dos directores: siempre ha estado José Luis, el mayor, y en otros períodos han rotado Felipe, Juan Pablo y Carolina. Sin embargo, cambios en la estructura de propiedad y en el peso de los accionistas relevantes -Bethia ha bajado, las AFP han crecido y una nueva alianza Muller-Fürst ya tiene un 8%- hacen más complejo e incierta la elección de abril de 2026, cuando se renueva el directorio, después de tres años. No es seguro, así, que los Del Río tengan votos suficientes para elegir dos asientos en 2026, los que hoy ocupan José Luis del Río y el histórico asesor Alfredo Moreno.

Y no todos los Del Río tienen la misma inclinación a crecer en Falabella. Este año, tras el fin del pacto que restringía a todos los accionistas para nuevas compras, tres de los siete Del Río han adquirido títulos.
José Luis del Río compró, a través de Ingeniería e Inversiones Limitada, 1.300.000 acciones, equivalente al 0,05%. Parece poco, pero gastó en ello más de $ 6 mil millones. Individualmente, según la memoria, no tenía participación en Falabella hasta ahora. Su presencia es a través de Dersa S.A. y otras sociedades dueñas de cerca del 2% y en las que comparte con sus seis hermanos, aunque no han precisado si es en partes iguales.
Sí tenían al cierre de 2024 una participación relevante los tres hermanos que separaron aguas del resto hace años. Juan Pablo del Río tenía el 1,4% a través de DT y D Spa; Carolina, con su sociedad DT Peñuelas, el 1,39%; y Felipe, con DT Carrera Spa, el 1,27%. En total,un 4%. Juan Pablo compró el 0,07% adicional este año y Felipe, un 0,05%.
Y los tres, quizá como preámbulo a la disolución de Dersa, han estado ordenando sus sociedades familiares, fusionándolas con otras empresas. Todos sus vehículos de inversión muestran abultadas cifras de capitalización: DTyD, de Juan Pablo del Río, tiene un capital de $ 220 mil millones, la sociedad principal de Felipe, 223 mil millones, y la de Carolina, $ 217 mil millones.
Los siete hermanos seguirán en Falabella, pero con porcentajes distintos que serán asignados y revelados tras la disolución de Dersa S.A., una sociedad, que dicen cercanos, no tiene deudas, por lo que no se distribuirán pasivos, solo activos. No tendrán un pacto de actuación conjunta, pero en su entorno aseguran que seguirán actuando de común acuerdo en Falabella, el que, tras el alza de la acción de los últimos dos años, volvió a ser el mayor patrimonio del clan Del Río Goudie.
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