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El método Kramer: los candidatos presidenciales, según el comediante

“Cuánto vale el voto” es el nombre del especial que el imitador viene publicando en redes sociales con miras a las elecciones presidenciales, y que cuenta con la participación del histórico animador Leo Caprile, el encargado de entrevistar a cada “candidato” en los distintos episodios. ¿Cómo construyó a los personajes? ¿Hay un método Kramer?

Música tranquila, colores tenues y una iluminación cálida definen al espacio en el que tiene lugar una íntima entrevista al candidato “Harold”. Solo que, en esta oportunidad, no estamos hablando del verdadero Harold Mayne-Nicholls, sino que de un nuevo personaje al que da vida el reconocido imitador y comediante Stefan Kramer.

“En este primer capítulo conversamos con Harold sobre fútbol, liderazgo y cómo se vive una campaña desde adentro. Un diálogo honesto, entretenido y con más de una sorpresa”, reza la descripción del primer capítulo de cara a las elecciones de este domingo, llamado “Cuánto Vale el Voto”.

El nombre no es casualidad. Ya que quien lo acompaña, en el papel de entrevistador es Leo Caprile, el histórico animador del programa al que el nombre referencia.

“Estas elecciones eran una instancia para estar presente”, dice Kramer a La Tercera. “Yo he estado a lo largo de mi carrera, del tiempo que llevo actuando, y es interesante estar presente, jugársela y poder aportar quizás con un bálsamo, una entretención, a lo que rodea todo esto. Desde ahí nace la idea“.

La suma de Caprile -a quien conoce desde su debut en televisión, precisamente en Cuánto Vale el Show, en el año 2002 (donde el fallecido jurado Enrique Lafourcade le otorgó $50.000)- fue fundamental, cuenta.

“Fue un acierto increíble. Porque él le da vida al programa: juega y hace sentir como que la persona está realmente ahí. No cuestiona nada, agarra todas las bromas, todas, y juega a que es real. Yo creo que le dio realidad al proyecto”, asegura.

La construcción del “candidato”

En el proceso para construir a uno de sus personajes, son variadas las personas con las que cuenta Stefan Kramer, tanto de su equipo más íntimo como también contactos del mundo del humor.

Y no es solo un método: “Hay varios procesos, uno tiene que estudiarlo, ver la mayor cantidad de videos posible, información de noticias, debates, y analizar qué es lo que la gente más conoce de ellos. Ahí es donde uno dice: ‘Ah, yo sé esto, me río’. Buscar algo que todos sabemos ayuda mucho al humor”.

“Por ejemplo, a Jeannette Jara yo la vi muy distendida en algunas entrevistas. Una vez que fue a Plan Perfecto, me acuerdo, veía qué interesante, qué entretenido como es en la interna”, relata.

Una de las características más complejas de “Janet” fue dar con la voz, relata el imitador.

“En ella, como te contaba, nos agarramos de esa parte más dicharachera. Esa parte que tenía de reírse, de estar hablando y no terminar una frase y ya estar como riéndose de eso. Me pareció que le daba al personaje en sí mismo, al humor, como un punch. Era consciente también de que en los debates y en situaciones más formales quizás eso no lo conoce tanto la gente aún", cuenta.

Kramer confiesa que, mientras testea a sus personajes, “llamo por teléfono a medio mundo. Me grabo y mando mis grabaciones . Estoy rodeado de gente muy positiva que me entiende y motiva”.

Si bien destaca la importancia de darle “formalidad” a la imitación a través del guion, también hay una cuota de libertad. “Vamos mezclando entre la improvisación y el orden”, recalca.

El comediante agrega que el estudio de los personajes “puede durar muchos años. Y a veces uno saca un personaje por primera vez y después con el tiempo solamente queda enriquecerlo, como en el caso de Evelyn Matthei”.

Al ser una imitación que ya había hecho en varios ocasiones, le resultó “más cómodo, pero también desafiante” y que se fijó más en su presente.

En esta oportunidad consideró varias cosas: “Más que nada en el speech, con esto de que somos un equipo, ‘yo no soy sola, soy parte de una coalición’. Ahí me quedé también para hacerle algo dramático, después ficcionar de que tenía que arrancarse de eso y que después diga chuchadas”, bromea.

“También tenía algo que me encantó cuando dijo en una oportunidad ‘schlogan’, con el acento alemán. Y ahí íbamos mezclando", agrega.

El método Kramer

“Sí hay un método Kramer”, asegura el actor y guionista, Rodrigo Gijón, quien trabaja junto al comediante hace casi 20 años y forma parte del equipo de guionistas junto a Gabriel Labraña, Luis Slimming, Héctor Romero y José Manuel Parraguez.

“En el sentido de, primero, descubrir la esencia del personaje, cuál es el alma. Luego se pasa a la segunda etapa que es la construcción del guion, donde generalmente hacemos una revisión con Stefan, dándole una estructura, siempre tratando de contar una historia que tenga un desarrollo y no solo una recopilación de chistes. Pero cuando logras encontrar el alma del personaje se transforma en una especie de personaje de comedia del arte, lo puedes poner en cualquier situación porque ya sabes cómo va a reaccionar. El trabajo que hace Stefan es el trabajo de un actor“, dice a La Tercera.

“Hay una construcción tridimensional, que son las características físicas, psicológicas y sociológicas del personaje. Stefan tiene una particularidad: tiene un buen ojo, un muy buen ojo para ver aquello que los demás no ven. Es como un caricaturista, cuando te hacen una caricatura y exacerban un rasgo tuyo, él tiene esa capacidad. Es muy agudo en su observación”, relata.

El periodista Gabriel Labraña, quien lleva seis años en el equipo, refuerza que la inquietud por crear un personaje siempre viene desde el imitador. “A veces por cosas que le pasan en su vida, que ha visto en la tele o en redes, desde él se ramifica todo hacia abajo y cada uno pone un granito de arena. Yo lo ayudo con datos sobre la actualidad, algunos chistes, hay otra gente que aporta chistes cuando ya está construida la historia o la interacción”, cuenta.

En ese sentido, dice que Kramer les envía audios con los personajes y va probando, instancia en que el equipo le envía sugerencias. Pero, recalca, “cuando él te manda un audio es porque ya lo sacó”.

“Hay un método Kramer. Toda esa habilidad extraordinaria, él la sistematizó y la transformó en una manera de construir personajes que tengan muchas vetas y variables creativas. Evelyn Matthei, por ejemplo, toca piano, se enoja, pero también habla en un tono cálido, íntimo. Y eso es porque él ha refinado un proceso de estudio de los personajes".

“A veces nos juntamos a ver los personajes en la productora, pero él ya tiene una imagen mental de cómo es. Entonces sí existe un método, lo sistematizó, lo transformó en ahora generar el programa, el año pasado hicimos El podcast de Kramer, lo mismo que hizo para las películas (estrenadas en 2012 y 2013), en Halcón y Camaleón (2010, que coanimó junto a Felipe Camiroaga) y cuando fue al Festival de Viña; ahora lo está haciendo para estos productos digitales", detalla.

Cuánto vale el voto

Marco Enríquez-Ominami -MEO, en el video-, también ya era un personaje conocido para el imitador. “Lo había observado y lo reestudié, pero estaba más libre”, dice Kramer a La Tercera. De hecho, cuenta que grabó el episodio el mismo día que la imitación a José Antonio Kast.

Uno de los aspectos que incorporó en la performance del candidato independiente fue su visión de cómo actuaba en los debates. “Siento que le aporta como una chispa, yo digo que es el comediante de los debates. Es simpático lo que ocurre ahí, pero hablando televisivamente”.

Por un lado lado más “técnico”, la voz de Johannes Kaiser fue un desafío. “Fue muy difícil, pero creo que se logró una buena noticia con Leo”.

“Yo sé que el personaje igual puede ser un poco más contenido, pero uno lo va perfeccionando con el tiempo hasta encontrar más como un tono exacto. Una cosa más que hoy estoy viendo es cómo hace chistes. Como con esa sonrisa y esa tranquilidad. Hablando las cosas como duro, pero con la sonrisa media canchera”, dice.

De Mayne-Nicholls, comenta, quiso destacar que “conocía a medio mundo, como que le han pasado mil aventuras, mil cosas, que él inauguró esto aquí y allá. Eso lo vi y me entretuve”. También, consideró su forma más “relajada” de hablar.

Sin embargo, este era un caso que conocía algo más de cerca. “De hecho, estuvimos hasta en una avioneta juntos con Mauricio Pinilla y Amaro Gómez-Plablos. He vivido cosas de estar cerca. Yo antes a veces se lo imitaba a mi productor, y ahora que se dio, lo retomé”.

En el caso de Kast, fue uno de los personajes que resultó difícil, particularmente por su forma de hablar, señala. “Otra cosa que me fijé es que en entrevistas más informales era como de estar molesto, pero se puede tirar un chiste, y mezclé un poco esta parte más lúdica con la otra más formal”.

Para la imitación de Artés, uno de los últimos que ha publicado en sus redes, “me agarré un poco de lo que sucedió en los debates con él. Esto de pensar que, en realidad, todos son de derecha. Eso provoca como una cosa más alienada que le da risa a la gente”.

En la conversación con Leo Caprile, dice, hay una confrontación donde le dice al candidato que es de extrema izquierda, a lo que responde “No, yo soy de la izquierda izquierda, la verdadera izquierda”.

Al cierre de esta nota aún quedaba un candidato sin publicar: Franco Parisi.

Rodrigo Gijón afirma que una de las características que usaron para el personaje era que pareciera “una especie de vendedor”.

Kramer confiesa, por su parte, que el personaje “estuvo complejo también”, particularmente en el tema del maquillaje. Sin embargo, dice que, como lo había hecho en 2013, se inspiró en “el discurso de la democracia, del que más trabaja, el que más se esfuerza”.

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