El libro de Gabriela Mistral que Rosalía se llevó de regalo en su vuelta a Chile

En su regreso al país luego de tres años, la española se presentó en el Movistar Arena donde ofreció un show intenso en que repasó su álbum Motomami y otros de sus hits. Durante el concierto, seguido por particular devoción por su fanaticada, recibió un inesperado obsequio de un fan; un ejemplar de un libro de la Premio Nobel chilena.


Bastaron los primeros compases de Saoko, el tema que abre Motomami, para que la fanaticada millenial demostrara su devoción a la Rosalía. La española se presentó por segunda vez en el país este domingo, con un show extenso cargado al repertorio de su mentado disco y otros sencillos que la han posicionado como una de las referencias del pop en la actualidad.

Un espectáculo que era registrado con cámaras en el escenario como si fuese un videoclip en vivo, en que hay uso de pistas en vez de una banda en vivo. Aunque en algunos pasajes, la artista sí dejó en claro su enorme talento como intérprete; por ejemplo, a pedido de un fan cantó a capella Catalina, un tema de su primer álbum (Los Ángeles, 2017) que no hacía en vivo desde hace un par de años pero que sí interpretó en su debut en el país el 31 de marzo de 2019, durante el festival Lollapalooza Chile.

De vuelta al show, el público se involucró muy rápido en el espectáculo y pronto lanzó algunos regalos a la barcelonesa, quien demostró su carisma y encanto con sus constantes apelaciones al respetable. A eso se le sumó un impresionante despliegue de coreografías y un set demoledor y conocido para el público chileno, que pudo escuchar temas como Dolerme que no había hecho antes en el país y el último sencillo, Despechá, uno de los temas más populares de la temporada. También mostró la inédita Aislamiento.

Y entre peluches varios y gritos por la opción Apruebo del plebiscito del próximo domingo, a la Rosalía le llamó la atención un particular presente que estaba en piso del escenario. “Aquí acabo de recibir un libro… “, dijo sin disimular la sorpresa en su rostro. “Acabo de recibir un libro que pone Desolación… ¡de Gabriela Mistral!”, dijo. La revelación hizo delirar a la audiencia en un alarido de euforia y perreo.

Siguiendo su habitual dinámica de interactuar con el público, la voz de Despechá, incluso preguntó por la persona que le regaló el libro. El muchacho en cuestión se identificó a gritos. “¿Cómo te llamas?¿Felipe? muchas gracias”, y luego le dedicó la siguiente canción; el hit La noche de anoche, ese que popularizó con Bad Bunny.

¿Qué es Desolación?

Desolación, que de seguro tendrá un buen lugar en la casa de la Rosalía, fue el primer libro publicado por Lucila Godoy Alcayaga (hasta entonces una maestra de escuela que había hecho carrera pedagógica), bajo su inmortal alias de Gabriela Mistral. Este se lanzó en 1922, a instancias de un académico español que admiraba su trabajo, el que recopiló todo lo que la oriunda de Vicuña había escrito hasta ese entonces.

“En ese año, Gabriela Mistral estaba como directora del Liceo de Niñas Nº6 de Santiago Teresa Prats de Sarratea, en el barrio Franklin -le explicó hace un tiempo a Culto Jaime Quezada, uno de los principales investigadores de la obra de la oriunda de Vicuña-. Recibió una carta de Federico de Onis donde le pidió todos los poemas que pudiera tener. Era bastante material, ella lo reunió y se lo mandó ordenado. Con dedicatoria y secciones interiores”. Fue una oportunidad única.

Con 33 años (cuatro más que los 29 que tiene hoy Rosalía), Mistral fue colocando en las páginas de Desolación todo aquello que había escrito hasta ese momento en cada una de las destinaciones donde la labor pedagógica la había llevado. “El poema Desolación, que le da el título al libro, lo escribió cuando estaba en Magallanes”; señaló Quezada. “El libro lo empezó a escribir en Los Andes y prácticamente lo terminó en Temuco -señala Zegers-. Desolación obedece a la Patagonia, el capítulo Naturaleza es dedicado a ese lugar, describe ese paisaje tan desolado”.

El libro fue dedicado a Pedro Aguirre Cerda, quien como ministro de Estado la había apoyado y protegido, y a su esposa Juanita. De hecho, una vez como Presidente de Chile, “Don Tinto” impulsó la postulación al Premio Nobel que finalmente se concretó en 1945, una vez que él ya había fallecido. Desolación apareció en las primeras semanas de Octubre de 1922, con prólogo de Federico de Onis.

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