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La última guardiana en la vida de Cecilia lanza biografía: “Tenía el miedo de que la dejaran de querer”

La Canción que Nunca Calla, Biografía de Cecilia la Incomparable, es el nuevo libro que recorre la historia de la legendaria cantante. Abunda en detalles, pero trata de manera tangencial puntos como su sexualidad. Aunque aborda en profundidad algunos momentos claves, como el lío judicial que terminó llevándola a la cárcel en 1987. Las autoras, Yasmine Bau y Araceli Navarro, revelan a Culto la trastienda del trabajo. “Queríamos rescatar tanto a Cecilia, la incomparable como a Cecilia Pantoja”.

Cecilia, la última guardiana de su vida lanza biografía: “Tenía el miedo de que la dejaran de querer”

Era un viejo anhelo. Una idea que alguna vez Yasmine Bau, le comentó a Cecilia, la incomparable; escribir una pormenorizada biografía que recorriera su obra. “Y ella siempre me decía ‘dale, escríbela’ -dice a Culto-. Estaba la idea de hacerla en vida, pero con sus problemas de salud, vas dilatando, vas priorizando y lamentablemente no alcanzamos”, recuerda la misma Bau, quien fuera amiga y mánager de la artista en sus últimos años de vida, quizás la persona más cercana en el último tramo de la existencia de la intérprete.

Tras el deceso de Cecilia, en julio de 2023, Bau notó que tenía suficiente material para acometer el postergado proyecto de la biografía. Durante años acumuló horas de entrevistas y pequeñas historias que la misma artista le fue contando. “Me quedaron un montón de entrevistas que hizo, además de historias que nos contó para la serie Bravura Plateada Cecilia la incomparable, que hicimos con la Vane (Miller)”. Y lo más importante, tenía claro el eje sobre el que debía sostenerse la biografía: “Era importante rescatar tanto a Cecilia, la incomparable, como a Cecilia Pantoja, que eran dos personas parecidas, pero diferentes”.

Cecilia

Las ganas estaban, pero no la experiencia. Una cosa es conocer la cercanía en la vida de una artista, otra es la pluma. “Yo siempre digo pastelero a tus pasteles. Yo soy fotógrafa, y si bien me gustan muchas cosas, escribir no es mi fuerte”, dice Bau. Por ello necesitaba a otra persona que aportara el talento con las palabras. Entre los números de su agenda, reparó en el de Araceli Navarro. Una abogada de profesión, fan de Cecilia y más importante aún, fue de las personas que alcanzó a conocerla en su círculo más íntimo durante sus últimos años de vida.

“Somos amigas hace bastante años con la Yas -dice Araceli a Culto-. Al principio yo no sabía que trabajaba con Cecilia, pero después de un tiempo, la Yasmine me invita a su casa y me dice: ‘Oye, pero va a estar la Cecilia’. Fui y la conocí. Simpatizamos rápido, porque era bien especial, no era pesada para nada, era súper amigable, pero no a todas las personas le caía bien, eso hay que decirlo”.

Con la esquela del desafío en la mesa, ambas comenzaron a trabajar a fondo en los primeros meses de 2024. El proceso, que incluyó una extensiva revisión a las menciones en prensa, decantó en La canción que nunca calla, biografía de Cecilia la incomparable, un libro publicado por LOM Ediciones que en sus 278 páginas desarrolla la historia de la leyenda de la música popular chilena. También indaga en la historia familiar. Ahí traza su ascendencia italiana, por el lado materno. Su abuela, Marietta Antini Corvi fue una inmigrante que arribó a Chile a comienzos del siglo XX desde su natal Roma. En Santiago adquirió una propiedad, aprendió a manejar una camioneta, se involucró en la pujante manufactura de vestuario y conoció a su marido, el también italiano Luis Alberto Levi, oriundo de Nápoles. En 1912, nació su hija Flor Luisa Levi Antini, la que será conocida como la “señora Luchita”, la futura madre de Cecilia.

Flor Luisa fue una persona importante en la vida de su hija. Tenía una inclinación por la pintura, de hecho, se formó con el legendario pintor Arturo Pacheco Altamirano y estudió en la Academia de Bellas Artes. “Necesitábamos saber de dónde provenía esa veta artística -explica Araceli Navarro-. Así descubrimos a su abuela y su madre, que ahora es una institución cultural en Tomé. Hay un premio de la ilustre municipalidad que se llama Luisa Levi Antini, por ejemplo y fue profesora del Liceo Vicente Palacios Valdés. Nos encontramos con gente que nos decía ‘a mí me hizo clases la señora Luchita’”.

Buena parte de esa historia familiar fue reconstruida a partir de una investigación de las autoras en Tomé, lo que le dio un espesor al texto. Lograron recabar testimonios de personas que conocieron a Cecilia en sus años en Tomé. Ahí ayudó la experiencia de Yasmine Bau y su conocimiento profundo del círculo de Cecilia. “En estos años que me tocó trabajar con ella y convivir en Tomé, conocí a un montón de gente que era muy cercana, no era la vecina, ni una persona que la vio pasar, no, era la amiga, era la compañera de curso, gente muy cercana a ella, porque eso para nosotros era muy importante. Queríamos conocer a la gente del entorno, la que estuvo con ella”.

El libro indaga en la personalidad trasgresora y rebelde de la artista desde su juventud. Sus escapadas al cementerio local y sus primeros romances, que también se recrearon en la serie Bravura Plateada. Aunque al entrar en ese plano, las autoras trazaron líneas. Se toca de manera tangencial la homosexualidad de la cantante, un asunto que flotó durante toda su vida como una suerte de leyenda urbana. “No ahondamos en temas tan personales, porque nuestra idea era no entrar en el morbo. La idea es conocer a la Cecilia en su interna, pero obviamente siempre guardando este metro cuadrado que ella siempre cuidó muchísimo”, detalla Yas Bau. “Y si bien, en un momento me dijo ‘yo ya no voy a estar, así que escribe lo que quieras, ya tengo 80 años, que quede la cagada’, yo creo que eso se lo voy a respetar siempre. Voy a seguir cuidando ese metro cuadrado”.

Yasmine Bau junto a Cecilia

Ese cuidado del metro cuadrado se traduce en algunos detalles. A diferencia del entorno y de las personas que articularon la carrera artística de Cecilia, a la hora de abordar a las mujeres que fueron parejas de Cecilia, o al menos su interés romántico, no se mencionan nombres. Una decisión que en realidad, tenia que ver con la manera en que la misma artista enfrentaba sus recuerdos. “Ella nunca quiso hablar de nombres -dice Yas Bau-. Describía personajes, describía mujeres, y muy bien, pero no quería dar a conocer nombres. Entonces, no hay nombres. Y para mí tampoco es relevante poner nombres, porque finalmente es la historia de ella. Y si bien, yo conocía nombres y personas, ella siempre fue muy reservada con ese tema”.

Lo de la reserva frente a la identidad de sus amores, se vinculaba con un miedo muy arraigado en Cecilia, que creció en una sociedad chilena donde la homofobia era muy extendida. “Si bien la Cecilia fue muy valiente en muchísimas cosas, tenía un miedo, que era el que la dejaran de querer -dice Bau-. Pensaba que cuando la gente supiera la verdad, la iban a dejar de querer, que es un miedo muy de mujer grande. Después que salió la serie, que ella alcanzó a ver, le decíamos ‘¿pero por qué te van a dejar de querer?’ Y ella respondía: porque estamos en un Chile, que si bien ha cambiado, todavía no está al 100% abierto”.

Un episodio doloroso

En el punto de la historia donde sí abundan los detalles, es la trastienda de la fallida sociedad establecida por la artista en julio de 1984 con María Graciela Acosta San Martín, para explotar el local El Rincón de Cecilia, en el pueblito del Parque O’Higgins. Eran días difíciles para la cantante; subsistía apenas cantando en parrilladas, discotecas y boites (donde usaba el hit Sweet Dreams de Eurythmics como cortina para salir al escenario), y no tenía espacio en televisión. El local era una buena opción para ganar algo de dinero, pero a fines de ese año, la sociedad se acabó. Ahí la cantante presentó una denuncia por hurto, en las bodegas del recinto, por el que incluso pagó el inicio de actividades ante el SII. Esta fue sobreseída.

Fue entonces que la historia tuvo un vuelco y su antigua socia la demandó por estafa y apropiación indebida. Luego se suceden una serie de enredos y jugadas legales que terminaron con el arresto de Cecilia y su reclusión en el Centro de Orientación Femenino, en abril de 1987. Y aunque solo estuvo 26 días a la sombra, fue uno de los episodios más dolorosos de su vida.

Cecilia

Las autoras reconstruyeron con detalle ese paso de la cantante por la prisión, del que hasta ahora había más mito que realidad. “No quisimos abordar el tema, desde la prensa o desde lo que contó en alguna entrevista, porque para ella era un tema súper complicado, súper doloroso. Entonces, hicimos una reconstrucción, pero quisimos ir a la fuente misma”, explica Araceli Navarro. Ahí echó mano a su especialidad profesional, para consultar la documentación judicial. “Recurrimos al 34 Juzgado del crimen, de ahí obtuvimos la autorización. Luego nos fuimos al Archivero Judicial y desarchivamos la causa. Me la estudié completa para saber qué fue lo que realmente ocurrió. Y eso está en el libro. También lo que nos contaron las fans que estaban en esos momentos con ella y más lo que la misma Cecilia nos contó sobre esa época súper oscura de su vida”. La coautora comenta que fue el punto de la historia más complejo de resolver. “Fue difícil, porque para ella era súper doloroso”.

La biografía aborda los complejos últimos años de vida de la cantante. Detalla sus problemas de salud y el cuidado que recibió en el círculo más íntimo, liderado por Yasmine Bau. “La parte entretenida del asunto es que todo se fue dando en forma muy natural. Al principio era un poco caótico, porque imagínate la Cecilia en la casa. La primera vez llegaron todas mis tías, todas mis primas y todas sacándose fotos, hasta que en un minuto les dije, ‘acá no tenemos a la Incomparable, tenemos a Cecilia Pantoja’. Pero el convivir 24/7 con alguien ya te hace ser familia. En la casa de mis papás prácticamente tenía su pieza. Posterior a que ella se fue, hemos tenido reuniones familiares y es muy bonito escucharles a todas y todos sus historias con ella. Mi abuela tiene 92 años y siempre la recuerda, también mi hermana, mi papá. Mi sobrino de 22 que vivía con nosotros, cuando se va a la universidad todavía entra en la pieza de la Cecilia, y le dice: ‘me voy, nona, cuídame’. Mucha gente tiene la sensación de una Cecilia muy solitaria, entonces yo creo que es importante que se sepa que si bien a ella le encantaba estar solita, le gustaba su reserva, en la casa era muy matriarca”.

La inmersión a fondo en la vida de Cecilia, reveló muchos puntos a sus autoras, como su pasión por el deporte durante su juventud (donde incluso entrenó con la campeona sudamericana de atletismo, Lisa Peter Teubner), y les dejó una conclusión. “Creo que Cecilia era una resiliente total, o sea, ella estuvo en la cúspide y luego cae, literalmente. Se rumoreaba, que era rara porque tenía el pelo corto, la encontraban hasta poco femenina. Pasa por todo esto, pero se reinventa”, dice Araceli Navarro. También se rescata el trabajo autoral que desarrolló la cantante, pese a que en sus inicios, como se estilaba en la época, cantaba material compuesto por otros. “Rescatamos a la Cecilia compositora, porque la gente la conoce por el Puré de papas y esas canciones, que son importantes, pero no son de su composición. En este libro está toda la obra de la Cecilia, están sus letras y algunos inéditos”.

CECILIA - MIREYA CECILIA PANTOJA LEVI - CANTANTE - NUEVA OLA CHILENA FONDO HISTORICO B/N

El interés por la figura de Cecilia no se agota en una biografía. Desde hace un tiempo se prepara un documental dirigido por Isidora Jaén y un disco póstumo con canciones de su autoría que deseaba grabar junto a otros artistas. Un proyecto en el que se está avanzando junto al músico Carlos Figueroa. “Yo creo que el legado de la Cecilia es potente y en un país donde yo siempre digo que es bastante olvidadizo, a veces un poco malagradecido también, olvidamos rápido”, dice Yasmine Bau. “Y yo me siento muy parte de eso, de intentar que la canción nunca se calle”.

Tras un lanzamiento realizado en Tomé, el libro La canción que nunca calla, biografía de Cecilia la incomparable, se presentará en Santiago el miércoles 6 de agosto, en la sede de la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (Condell 346), a la que se accederá solo por invitación.

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