“Falsas promesas” y “falta de control”: los nudos que enfrenta Hassler frente al comercio ambulante en Santiago

Vendedores ambulantes en el centro de Santiago. Foto: Andrés Pérez

Venta de productos ilegales, cocinerías y puestos sin patente, riñas por lugares específicos de la comuna. Ese es el panorama que se observa y que en los últimos días volvió a la escena con dos hechos violentos. La alcaldesa no ha podido con el problema y pide ayuda al gobierno "para poder tener tranquilidad para nuestros vecinos y vecinas”.


“Los comerciantes ambulantes también han vivido esta criminalización de parte de @AlessadriFelip. La lógica de perseguir y prohibir. Necesitamos un nuevo trato democratizador dentro de nuestra comuna”. Ese párrafo forma parte de un hilo de Twitter que la actual alcaldesa de Santiago, Irací Hassler (PC), y exconcejala de la comuna, escribió en sus redes sociales el pasado 22 de noviembre de 2020.

Pese a que el registro se dio siete meses antes de que Hassler tomara el mando de la comuna de Santiago (junio 2021), sus declaraciones han resonado fuerte luego de que la alcaldesa pidiera al Ministerio del Interior “una intervención profunda de nuestro casco histórico, Plaza de Armas, el Paseo Ahumada, para poder tener tranquilidad para nuestros vecinos y vecinas”.

Esto, luego de la viralización en redes sociales de un video en donde dos menores de edad, con cuchillo en mano, amedrentaban a otros comerciantes informales en la esquina de Paseo Ahumada con Agustinas, mientras gran cantidad de transeúntes circulaban por el lugar. Situación que se suma a lo evidenciado días antes en Plaza de Armas, donde comerciantes ambulantes agredieron a carabineros e inspectores municipales luego de que estos retiraran cocinillas y mercadería ilegal.

Si bien la alcaldesa ha condenado de forma pública los hechos, concejales de su propia municipalidad y exalcaldes de Santiago han criticado el actuar de Hassler frente al orden público y uso de policías para enfrentar los problemas de comercio ilegal y seguridad.

La promesa que no fue

Hassler hizo campaña como alcaldesa prometiendo “el respeto irrestricto de los derechos humanos, la sustentabilidad, el feminismo”, y se convirtió en una de las sorpresas de las elecciones del 15 y 16 de mayo, al ser elegida con 45 mil votos, un 38,69% de las preferencias y tres puntos porcentuales por arriba de Felipe Alessandri (RN), que corría por la reelección.

Dentro de su campaña, el comercio ambulante sólo aparecía como una mención del punto 34 de su programa de gobierno. “Revisar la situación del comercio ambulante informal, mediante mesas de trabajo entre representantes vecinales, organizaciones del comercio y el municipio”, decía el texto.

Ya en septiembre, a casi tres meses de asumir la alcaldía, hizo un anuncio sobre la materia: “Acá hay muchas personas que ocupan el espacio público actualmente sin permiso y esa es la situación que necesitamos cambiar”, dijo. Y añadió: “Observamos que existe un espacio para más de mil permisos en la comuna de Santiago, situación que vamos a estar analizando en cada uno de los barrios para su otorgamiento”.

Sin embargo, el anuncio llegaba a la par de las estadísticas de Carabineros que mostraban que los casos denunciados por comercio ambulante sin permiso municipal habían sido 1.349 entre enero y septiembre de 2021, contra 589 en igual período del año anterior. Es decir, un 129% más.

Para Juan Mena (Ind.), concejal de Santiago, los problemas de la comuna y el comercio ambulante comenzaron, incluso, cuando Hassler se postulaba para la alcaldía.

“Todo surge cuando la actual alcaldesa en campaña ofrece estos 1.500 permisos y los ofrece de una manera bastante irresponsable. Esto se suma a que ya electa, Irací desarma la Unidad de Control y Mitigación de Comercio Ambulante. Esta era una unidad que contaba con más de 20 funcionarios, los que se encargaban del control y fiscalización de todo lo que era el comercio ambulante, incluso hacían el despeje. Con el desarme de esta unidad se produjo la tormenta perfecta para la instalación del comercio ambulante”, explica Mena.

Algo que la concejala Rosario Carvajal (Ind.), quien forma parte de la comisión de seguridad del municipio, también comparte y que, además, puede explicarse por la “visión paternalista” de la alcaldesa hacia el comercio ambulante como un “derecho al trabajo”.

“Con esos permisos que ella prometió se generó una expectativa entre los comerciantes ambulantes. Ellos se sentían con la autoridad de colocarse en la vía pública, porque la alcaldesa lo permitía. Pero ahora la situación se salió de las manos y ahí es cuando ella pide ayuda al gobierno y a las autoridades, siendo que ella tiene las herramientas para hacerlo. No hay proactividad de su parte, porque no logra anticipar los escenarios como este”, sostiene.

Y esa “expectativa” se materializó luego de su anuncio, cuando el 15 de noviembre de 2021 un grupo de vendedores ambulantes se tomó por algunos minutos la Municipalidad de Santiago, para exigir que la alcaldesa entregara los permisos prometidos para trabajar en las calles.

Pero a pesar de las demandas, el municipio le puso freno de mano al plan. Algo que, según concejales de la comuna, sucedió luego de que la Unidad de Fiscalización y Espacio Público del municipio entregara el levantamiento topográfico que dio cuenta de aspectos como el espacio que hoy ocupan los comerciantes, la cantidad de peatones que transitan por cada sector y las terrazas de restaurantes y cafés, entre otras características.

“Con ese informe nos dimos cuenta de que no era posible otorgar un permiso más en la comuna y tampoco hay forma de que las personas hoy en la zona puedan conseguir un permiso, menos para productos o alimentos que están prohibidos”, recalca Camila Davagnino (PC), concejala y presidenta de la comisión de seguridad municipal.

Y añadió: “Lo que comentó la alcaldesa en su momento, sobre los permisos, no fue una buena cuña, porque se interpretó como algo que se iba a realizar, pero no”.

Desde la Municipalidad de Santiago, en conversación con La Tercera, sostienen que “es complejo cuantificar el comercio ambulante en la zona, puesto que es un fenómeno que cambia permanentemente, dependiendo de horarios, ubicación, traslado de la gente, etc.”.

No obstante, solo entre julio y octubre de este año se han desarrollado casi 400 operativos relacionados con comercio ilegal. Los que se han ido incrementando gradualmente (julio, 31; agosto, 89; septiembre, 119, y octubre, 156).

A ello se agrega la acción del municipio de disponer de una oferta programática de 10 mil empleos formales a través de la Oficina Municipal de Intermediación Laboral, mediante una alianza estratégica público-privada con más de 100 empresas.

La concejala Yasna Tapia (Comunes) comenta que la alcaldía ha pedido mayor apoyo al gobierno y ministerios, pues sus facultades no son suficientes, pese a que se han generado conversaciones con el Seremi de Salud, fiscalía y policías para controlar cocinerías y puestos ilegales.

“Se necesita mayor voluntad desde el gobierno, desde el Ministerio del Interior, de su ministra Carolina Tohá, quien fue alcaldesa y conoce esta realidad, para tener un mayor apoyo en Santiago”, sostiene.

Exautoridades y el fenómeno del comercio ilegal

Jorge Alessandri (UDI) fue concejal de Santiago desde 2008 y recuerda que el comercio ambulante “fue un problema histórico”, pero que distintos alcaldes enfrentaron la problemática de maneras diferentes.

“El primero que enfrentó el tema con dureza fue Jaime Ravinet. Él logró ordenar el centro, tener servicios de policías en el casco histórico. Luego, con Lavín se comienzan a dar permisos precarios a los comerciantes y desde ahí comenzó la batalla con la que se encontró mi hermano Felipe cuando llegó a la alcaldía en 2016. Él creó el escuadrón Centauro, donde junto a policías e inspectores municipales hacían operativos en las calles del centro para despejar las calles y quitar los carros de comida, pero cuando asumió Hassler, todo eso desapareció y se convirtió en un despelote total”, sostiene.

Una alianza que, según Jaime Ravinet (PDC), es clave. Desde el comienzo de su periodo como alcalde en 1990 hasta 2000, cuenta, el enfrentamiento del comercio ambulante se dio a través de cuatro puntos específicos: control y fiscalización con aduanas y el Servicio de Impuestos Internos (SII); reunión con ambulantes para ofrecer distintos lugares en donde se constituyeran de manera formal (así nacieron el Persa Biobío y otros); aplicación de mano dura con el apoyo de Carabineros; ordenanza para sancionar a la gente que compraba a los comerciantes ilegales.

“Encuentro que la inoperancia de Irací tiene convertido al centro de Santiago en una feria. Es la administración más desastrosa que he visto en mis 76 años de vida”, recalca.

Pablo Zalaquett, exalcalde de Santiago (2008-2012), añade que durante su administración se aplicó una acción de comunicación transversal con distintos actores de la sociedad que permitió generar un catastro de las características de los ambulantes, para así identificarlos y que no fuese una fuerza dispersa. Lo que, según la exautoridad, “bajó el comercio ilegal en un 60% de lo que asumí”.

Asimismo, sostiene que Hassler no entiende el problema al que se enfrenta, especialmente en el casco histórico: “Este sector es la cara de la ciudad frente al mundo, entonces cualquier alcalde entiende que no puede entregar este lugar (al comercio ilegal). Cuando uno no entiende de lo que se trata, no entiende qué es lo que asumió”.

*Nota: Por un error de sistema, ayer se publicó una fotografía para ilustrar esta información que era de noviembre de 2019. Se actualizó y la que encabeza la nota fue tomada este miércoles 30 de noviembre.

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