Con el Superclásico a la vista: el plan de emergencia que prepara Colo Colo tras la caída libre de Jorge Almirón
La goleada de la UC en el Monumental sepultó la era del argentino al mando del Cacique, 590 días después de su llegada. Fue el final de una agonía que se extendió más de la cuenta, con en el factor económico como principal motivo. Blanco y Negro oficializará mañana la salida del DT, mientras busca a su reemplazante.

Se acabó la paciencia. La relación entre Jorge Almirón y Colo Colo tuvo su punto de quiebre con la humillante derrota 4-1 con Universidad Católica, en el estadio Monumental. Si bien se trataba de un partido importante para el Cacique, ni el más pesimista preveía un escenario tan desfavorable contra los cruzados. Fue la gota que rebalsó el vaso en Pedreros. Si la cuerda (bastante tensa) que unía al argentino con el cuadro albo apenas resistía, el tropezón en el clásico terminó de cortarla. No daba para más.
Mientras se afinan las formalidades, en el entendido de que se pactó una salida de común acuerdo, en el Cacique ya se empiezan a analizar nombres para enfrentar una emergencia que en ningún caso es menor. Los albos visitarán este viernes a Palestino, en La Cisterna, y en la fecha siguiente, disputarán un partido crucial, independientemente de la situación deportiva en que estén los albos: el Superclásico ante la U. Ese duelo asoma, ahora, como un ‘salvavidas’ para un año que tenía que ser histórico, por el centenario institucional, pero que terminó transformándose en un suplicio.
Con un Superclásico a la vista: el plan de emergencia que prepara Colo Colo tras la caída libre de Jorge Almirón
En Macul, donde esta vez existe consenso en ambos bloques directivos respecto de que el proceso de Almirón está terminado, la primera opción para asumir el interinato parece a la mano: Héctor Tapia. El exdelantero, quien como técnico consiguió la emblemática trigésima estrella y llevó a los albos a los cuartos de final de la Copa Libertadores en 2018, asoma como la opción natural para enfrentar la emergencia.
“La idea que nosotros tenemos es que haya un interinato hasta el partido con Universidad de Chile, el 31 de agosto y en ese intertanto nosotros, tanto el directorio, los gerentes, podamos discutir y ver cuál va a ser el entrenador que vamos a tener para terminar el campeonato”, sostuvo Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro.
Sin embargo, esa solución no está exenta de dificultad: en principio, porque implica desarmar el Fútbol Joven, el proyecto para el que Tapia fue seleccionado en el marco de una apuesta institucional que apuntaba a nutrir el primer equipo de jugadores formados en casa. Ese área ya sufrió otro golpe: la salida de Eduardo Rubio, el técnico de la categoría Proyección, quien se va a Estados Unidos para emprender proyectos personales.
En esa línea, Tapia también contradiría una definición personal: no acercarse al primer equipo, para no repetir la mala experiencia de su último ciclo en el puesto, que terminó en noviembre de 2018, cuando la dirigencia alba decidió no renovarle el contrato. En el círculo cercano al entrenador existen aprensiones respecto de la conveniencia de correr ese riesgo.

Incluso, en la intimidad de Macul surge otra aprensión: la posibilidad de que Tito recurra como colaborador a Juan Ramírez. El preparador físico, quien lo acompañó en su principal éxito, está ligado estrechamente a Arturo Vidal, de quien es su entrenador personal, y también asesora a otros jugadores del plantel, como Lucas Cepeda. Eso sí, el profesional ha trabajado con otros jugadores del primer equipo, como Esteban Pavez, a quien conoce desde su anterior paso por el club.
Las dudas de Gustavo Quinteros
Por ahora, el interinato de Tapia es hasta el Superclásico. Mientras tanto, ByN evalúa nombres de otros entrenadores más experimentados para asumir el desafío de sacar de la crisis al club. Hay candidatos que están libres y que poseen un gran currículum, lo que entusiasma a la mesa en poder lograr un acuerdo rápido con un DT definitivo, y no terminar el año con un interino.
Por ejemplo, Gustavo Quinteros, campeón con los albos en 2023 y quien lo salvó del descenso en 2020, es uno fijo en la lista. Hay otros tres argentinos que también generan interés en la concesionaria. Uno de ellos es Juan Pablo Vojvoda, conocedor del medio local tras ser subcampeón con Unión La Calera en 2020 y de exitoso proceso en el Fortaleza de Brasil, con el que fue finalista de la Copa Sudamericana; otro candidato es Pablo “Vitamina” Sánchez, adiestrador de gran conocimiento de la liga chilena luego de pasar por las bancas de Iquique, Everton, Universidad de Concepción, O’Higgins, Audax Italiano y Palestino. Por último, está la carta de Martín Anselmi, quien cosechó grandes éxitos internacionales con Independiente del Valle tras su breve paso por Unión La Calera, una carrera que incluso lo llevó al Porto, donde no duró mucho.
Eso sí, en Macul advierten que Quinteros, quien asomaba como la principal carta para reemplazar a Almirón, no tiene en sus planes volver al Cacique, ya que está a la espera de otros proyectos. De ser efectivo, se le cae un candidato importante a Blanco y Negro.
Los grandes de errores de Almirón que le costaron su salida de Colo Colo
Era fuerte el olor a fin de ciclo. En la rueda de prensa post partido, en la cual no aceptó preguntas, abrió la puerta (por primera vez) para encontrar un entendimiento y dejar el cargo. “Capaz es momento de descomprimir”, emitió el DT, dando una señal evidente. En efecto, el representante de Almirón, Pablo Del Río, le confirmaría el mismo sábado a El Deportivo el acuerdo para finalizar el vínculo: “Con el presidente decidimos dar por terminado el proceso, todo lo demás no será problema y es una formalidad. Queremos lo mejor para Colo Colo, vivimos momentos muy lindos y quizás esto sirva para descomprimir la situación y volver a empezar”.
Almirón se había quedado solo. Incluso, el propio bloque de Leonidas Vial (y Gabriel Ruiz-Tagle), quienes eran los principales sostenedores del estratega, le terminaron soltando la mano. “La situación no es sostenible”, afirmó el director Carlos Cortés. El otro crédito que se le acabó fue el de la hinchada. Por primera vez, la Garra Blanca cantó exigiendo que se fuera. “Ya se va, ya se va, Almirón ya se va”, se escuchó nítidamente en el Monumental, cuando el marcador iba 4-1 para la UC. Desde todos los frentes, el blanco era uno solo: el técnico.
Cuando comenzó el año, las expectativas eran elevadas. Quizás, exageradamente. El positivo 2024 abrió el apetito y la directiva encabezada por Aníbal Mosa apuntó alto e invirtió fuerte. En una entrevista con este medio, en febrero pasado, dijo: “Tenemos que instalarnos en la final de la Copa Libertadores”. Claro, en el año del centenario, se frotaban las manos. Trayendo al mejor jugador del fútbol argentino en 2024, Claudio Aquino, con una inversión aproximada de US$ 4 millones en incorporaciones, se conformó el plantel más caro de la historia del balompié local: la planilla supera los 1.000 millones de pesos mensuales. Por lo mismo, el fracaso ha sido tan rotundo y uno de los rostros de la debacle es Jorge Almirón.
La caída ha sido tan nítida como llamativa, respecto a su primera y exitosa temporada al mando de Colo Colo. Llegó un 4 de enero de 2024 al Monumental, siendo el apuntado para reemplazar a Gustavo Quinteros. Su aval: ser un entrenador copero (era el último subcampeón de la Libertadores con Boca Juniors). Fue campeón del Torneo Nacional con una segunda rueda espléndida, imponiéndose en un mano a mano emocionante con la U. Además, llegó a los cuartos de final de la Copa Libertadores, instalando nuevamente al conjunto de Macul en la vanguardia continental. Y como añadido, logró la Supercopa superando a Huachipato. Por esos días, buena parte de los hinchas le apodaba “Almiklopp”, en referencia al prestigioso extécnico alemán del Liverpool.
Los factores de la caída de Almirón
En un afán de blindarlo ante posibles intereses externos, Blanco y Negro apostó por renovar con el entrenador hasta diciembre de 2026 (aquello fue aprobado por el directorio el 29 de enero). Esa jugada terminaría siendo clave en esta historia de encuentros y desencuentros. Porque la extensión del contrato de Almirón y la elevada cláusula de salida (US$ 3 millones) fue el principal impedimento para cortar antes el proceso. No había caja para un gasto semejante (el factor Copa Libertadores).

Decisiones cuestionables (desde arrancar tarde la pretemporada, hasta insistir en el equipo a jugadores de bajo rendimiento como Salomón Rodríguez), derrotas dolorosas (por goleada), las dudas en la lectura de los partidos (la línea de tres no le resultaba) y la escasa confianza en los jóvenes (con el equipo complicado con los minutos Sub 21) son parte de los pecados del DT argentino en 2025. Las prematuras eliminaciones de la Copa Libertadores y la Copa Chile fueron golpes durísimos, sobre todo el desastre de la participación internacional, con la tragedia del 10 de abril (ante Fortaleza) siendo el punto más álgido de una crisis que solo gatilló más problemas.
Solo quedó la Liga de Primera como objetivo para el resto del año, pero también quedó fuera de carrera prematuramente. Hoy, Colo Colo está a 20 puntos de Coquimbo Unido, fuera incluso de la zona para clasificar a la Copa Sudamericana. Tampoco hay que olvidar la excesiva cantidad de castigos que fue sumando. Sus reclamos contra el arbitraje (llegando a hablar de “robo”) eran pan de cada día, así como sus expulsiones.
Hasta el sábado, tomándolo como punto final del proceso, Almirón completó 590 días como entrenador del Cacique. Dirigió 83 partidos con un balance de 39 triunfos, 23 empates y 21 derrotas, con 118 goles a favor y 85 en contra. El rendimiento fue del 56,2%. Remitiéndose solo a 2025, queda en evidencia el declive. Con 32 partidos en todos los torneos, son 10 victorias, 10 empates y 12 derrotas; un 41,7% de rendimiento (40 puntos de 96 posibles). Hay otro dato que duele en Macul, quizás más que los fríos números: el mal andar en los clásicos. Este año Colo Colo perdió los tres que ha jugado (2-0 y 4-1 con la UC, 2-1 con la U). Almirón se va del Monumental sin haber vencido en el Superclásico (dos derrotas y un empate).
La enredada historia del entrenador con el club tiene un suceso radical tras la derrota con Racing, en Avellaneda, el 15 de mayo. Sumado al descalabro contra Limache, se hacía insostenible la permanencia. El club comunicó la intención de rescindir, aunque recibió la resistencia de Almirón para dar un paso al costado. Mosa, a través de los medios, anunció la negociación para encontrar una “salida consensuada” (su bloque estaba por el cambio de técnico). No pasó nada. Una semana después de abrir la puerta, el timonel de ByN debió cerrarla, anunciando que dirigirá hasta el fin de su contrato. De manera evidente, el dirigente se vio debilitado ante estos cambios. El curioso abrazo entre Almirón y Mosa, del 4 de julio pasado, sería una escena más para el cúmulo de desaciertos del club en un año nefasto.
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