La trama detrás de la guerra declarada entre Michael Clark y Pablo Milad por el Clásico Universitario
Los azules, que buscaban recuperar fuerzas después del partido de ida ante Lanús, por la semifinal de la Copa Sudamericana, pretendían mover el encuentro y alcanzaron a tantear con la ANFP y a consultarles a los cruzados. El fracaso en la gestión activó un conflicto.

“Yo les dije a Pablo Milad y a Jorge Yunge, que este partido no se debería haber jugado. Creo que a la ANFP le importa un comino realmente la carga de los jugadores y no le gusta que a la U le vaya bien en las copas internacionales”. Michael Clark dispara sin cuartel después de la caída de la U en el Clásico Universitario. El presidente de la U aún está visiblemente molesto. Su intención era que el duelo entre los azules y Universidad Católica, en el Claro Arena, no se jugara. O, cuando menos, no al mediodía del domingo. Pretendía que el equipo de Gustavo Álvarez contara con más tiempo para recuperarse del choque frente a Lanús, por la Copa Sudamericana, que se había jugado el jueves.
El dardo del timonel laico es teledirigido a la ANFP. “Les pedimos ayuda. Que un equipo esté disputando una llave para pasar a una final de una copa internacional, pasa muy poco. Nos obligan a jugar en este estadio muy bonito, todo lo que quieran, pero en un horario pésimo, con un calor tremendo, una cancha sintética, con lo cargado que están los jugadores. Y ustedes vieron, nos fuimos con tres jugadores muy tocados. Esa es la ayuda de la ANFP”, insiste en la misma intervención.
La conclusión sonó tan fuerte como categórica. “Se excusan con que no se puede, y este mismo fin de semana ustedes vieron que se reprogramó un partido, el partido de O’Higgins con Coquimbo. Entonces, da mucha bronca, creo que esto es una parte más del legado del señor Milad y el señor Yunge, con ellos no hay nada que hacer. El próximo año hay elecciones y con estos señores no podemos seguir, con Pablo Milad ni con Jorge Yunge. Nos están llevando, la verdad, al fracaso total”, disparó el mandamás estudiantil, quien también admitió consultas al presidente de Cruzados, Juan Tagle.
La guerra declarada entre Michael Clark y Pablo Milad por la intención de la U de aplazar el Clásico Universitario
Para el presidente de Azul Azul, la postergación del Clásico Universitario se había transformado, virtualmente, en una misión personal. Se lo había comenzado a plantear a Milad en Paraguay, hasta donde ambos llegaron a mediados de mes a la reunión entre la Conmebol y los semifinalistas de la Copa Sudamericana. A los laicos les inquietaba tener que disputar seis partidos en 18 días. En ese mismo plano, sin embargo, se encontró con la tibia respuesta del presidente del fútbol chileno: la materia tendría que resolverse en Santiago. Fue esa, quizás, la primera señal de que la negociación no llegaría a buen puerto: mientras en la U entendían que la posibilidad se estaba, cuando menos, evaluando, el timonel del fútbol chileno siempre consideró que acceder a la petición era imposible. En las últimas semanas, se habían dado potentes señales en el sentido de no interrumpir injustificadamente el calendario. Fue parte clave, de hecho, en las negociaciones con TNT Sports.

Sin conseguir, la concesión de parte de Milad, Clark cambió el interlocutor y comenzó a entenderse con Jorge Yunge, el secretario general de la ANFP. En esas conversaciones surgieron propuestas, como las de postergar el partido para horas de la tarde, con el objeto de evitar el calor que, en la práctica, se dejó sentir el domingo al mediodía: la carpeta sintética fue regada en un par de ocasiones para atenuar los efectos de la temperatura. El procedimiento se realizó en la antesala del encuentro y en el entretiempo. Igualmente, los azules se quejaron de que habían jugado ‘en un horno’.
Una señal que no sirvió
En la U aseguran que Yunge le planteó a Clark que había una posibilidad de postergar el duelo. En ese entendido, le recomendó al mandamás mantenerse atento frente a la eventualidad de tener que enviar una comunicación formal en el sentido de solicitar la postergación. El martes, de hecho, los azules recibieron la señal de que enviaran la carta, en el entendido de que las conversaciones estaban ‘bien avanzadas’. Lo hicieron durante la noche, en una misiva diriga al propio Yunge. Durante la tarde del viernes, a pocas horas del duelo, y sin capacidad de reacción, la petición había sido rechazada.
Clark también se comunicó con Juan Tagle, el presidente de Cruzados. Recibió otra negativa. El mandamás de la UC aludió al calendario y al acuerdo suscrito con TNT en el sentido de evitar las interrupciones en las competencias. “La bronca que tengo es con la ANFP, más que con la UC. Yo hablé con Juan Tagle, me dio sus razones, las puedo entender o no. Creo que son ventajeros, uno hubiese esperado una actitud un poco menos egoísta, un poco más pensando en el fútbol chileno, pero estaban en su derecho. El problema no está ahí, está en la ANFP, en Pablo Milad y Jorge Yunge”, sentenció el máximo dirigente de la U.
La televisora le ofreció a la UC disputar el encuentro el domingo por la tarde, pero los dirigidos por Garnero declinaron el pedido por varias razones: en principio, porque desde 2011 que los clásicos se disputan al mediodía, por razones de seguridad; luego, porque un cambio de planes habría obligado a conseguir una nueva autorización municipal y, finalmente, porque a esa hora estaban calendarizadas actividades del Club Deportivo Universidad Católica.
En la U están molestos. Aseguran que no se les otorgan facilidades, tal como ocurrió con Colo Colo cuando se le suspendió en duelo ante Iquique, por la celebración del Centenario. O con la cancelación del duelo de la UC frente a Ñublense, por la tardanza en los permisos municipales del Claro Arena. En aquella oportunidad no se jugó en el Santa Laura, porque se estaba trabajando en las luces. A las pocas semanas, sin embargo, sí se programó el Superclásico entre los azules y Colo Colo, por la Supercopa, pese a que se seguía en obras en Independencia. El cambio de horario entre O’Higgins y Coquimbo, que desató la furia de los Celestes porque fue una decisión sin ser consultada, terminó de agotar la paciencia de Michael Clark quien siente que los estudiantiles no reciben las mismas facilidades que otros elencos del fútbol chileno.
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