
Los detalles y las millonarias cifras que marcarán la fiesta del Mundial Sub 20
La Copa del Mundo arranca el próximo sábado. Chile, que igualó con Nigeria, debutará ante Nueva Zelanda, en el Estadio Nacional. La millonaria inversión que demandará el evento dejará una importante herencia a nivel de infraestructura. Santiago, Valparaíso, Rancagua y Talca ya vibran con un certamen que ofrecerá un cambio que supone un desafío en seguridad: habrá estadios sin rejas.

A una semana de que Chile vuelva a albergar un Mundial Sub 20, tras el histórico certamen de 1987, la fotografía está clara: estadios renovados, hoteles asignados, canchas de entrenamiento en condiciones de alto estándar y un gasto público-privado que supera los $ 17 mil millones.
La Roja está lista. Este sábado igualó ante Nigeria, en el Monasterio Celeste. El país, también. Los estadios han sido objeto de intervenciones millonarias con camarines renovados, accesos mejorados, baños nuevos, zonas de prensa ampliadas, salas inclusivas para personas con Trastorno del Espectro Autista, sistemas de iluminación que alcanzan los 2.000 lux y pantallas gigantes de última generación. Solo en esa partida se invirtieron $ 12.925.103.119, aportados por el Mindep, IND, Codelco, FIFA y el propio COL.
A esos adelantos se suman las canchas de entrenamiento. Son 19, repartidas en 14 centros en las sedes. 17 estarán destinadas a selecciones y dos a los árbitros. Entre ellas figuran Juan Pinto Durán, el CDA de la U, el Monasterio Celeste y la Escuela Naval, además de recintos municipales como los de Mekis, en Rancagua, o Aurora de Chile, en Talca. En paralelo, se construyeron 13 canchas nuevas y se mejoraron cuatro existentes, con una inversión de $ 2.128.087.404. El plan incluyó sistemas de riego y drenaje, con siembra y mantención del césped.
El concepto de “legado” también se materializa en la instalación de canchas híbridas. La inversión de $ 552.321.234 busca terrenos más resistentes. El ciclo de vida útil va entre 10 y 15 años. A eso se añade un paquete de 113 máquinas de mantención, valorizadas en más de $ 1.000 millones, y la capacitación de 90 personas para operarlas. En total, más de 176 mil metros cuadrados de césped quedarán una vez que termine el torneo.

El despliegue también considera la logística hotelera. Se ocuparán 14 establecimientos. En Santiago, por ejemplo, el Radisson Blu Plaza El Bosque hospedará a cuatro selecciones; el InterContinental recibirá a los árbitros y personalidades VIPs; y el Doubletree de Vitacura albergará al staff FIFA. En Valparaíso, el Pullman Viña del Mar combinará delegaciones y personal FIFA, mientras que el Sheraton Miramar será base de dos equipos. Rancagua tendrá a tres selecciones en el Diego de Almagro, y Talca distribuirá entre el Hotel Casino, Eco y otro Diego de Almagro.
El interés del público se concentra en Santiago. Además de la final y la inauguración, los duelos España vs. Brasil y Chile vs. Japón superan las 12 mil ventas. Valparaíso aporta un 7% de las entradas, Rancagua un 4% y Talca, otro 4%.
Adiós a las rejas
El Mundial supone un cambio en la forma de ver fútbol en Chile: disminuirán las rejas.
En el Estadio Nacional, por ejemplo, las estructuras metálicas que por décadas separaron a los hinchas de la cancha serán rebajadas en altura y se eliminarán las púas superiores. La medida busca adecuarse a las exigencias de la FIFA y a un modelo de estadio más abierto, que privilegie la experiencia del público por sobre la contención. El recinto de Ñuñoa concentra el 84% de la venta de entradas, con la final ya agotada y la inauguración con más de 38 mil boletos adquiridos.
En Rancagua y Talca, los estadios derechamente no las tendrán. La organización definió que en ambos recintos se puede prescindir de ellas, dado el diseño de sus graderías y la distancia con la cancha. El contraste lo pone Valparaíso: el Elías Figueroa las mantendrá en la galerías, debido a la configuración con la pista.
Los organizadores sostienen, eso sí, en que esa realidad no puede compararse con lo que ocurre en el Claro Arena, pensado desde su génesis sin presencia de barreras. En estas cuatro sedes, en cambio, se trata de un proceso de adaptación. “El foco está en la seguridad, pero también en la experiencia”, dicen desde el COL.
Desde abril se realizan mesas semanales de trabajo entre el Mindep, Senapred, Carabineros, PDI, Bomberos, la DGAC y el Ministerio de Seguridad. Allí se han afinado los protocolos de ingreso, evacuación y coordinación ante emergencias. En paralelo, Carabineros dispuso una plana mayor exclusiva para el torneo, con 25 oficiales enlaces destinados a las selecciones y escoltas individuales para cada delegación.
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