Final infeliz: Los errores y culpas que hicieron sufrir a Chile en las Clasificatorias

Frente a Uruguay y Colombia, la Roja lamentó goles en el cierre, un fenómeno que ya había padecido en otros encuentros de la era de Reinaldo Rueda. Alexis Sánchez dispara contra los jóvenes, pero los históricos los defienden. Y, es más, apuntan al bajón de la Generación Dorada.


La cosecha de Chile en las dos primeras fechas de las Clasificatorias deja gusto a poco. Por distintas razones, la Roja suma apenas un punto, el del empate de anoche, frente a Colombia. Ya está suficientemente dicho que la caída frente a Uruguay obedeció a razones más ligadas al arbitraje y al VAR. En cambio, en el duelo ante los cafetaleros la explicación se concentra más en lo futbolístico. Por un lado, en la falta de osadía para aumentar la ventaja y, por otro, en la carencia de oficio para cerrar una victoria que parecía resuelta hasta que Radamel Falcao se encontró con un balón en plena área y, en función de sus antecedentes de insigne goleador, no perdonó. En ambos casos hay un factor común: en el cierre de ambos partidos, la Roja ve cómo se le escapan puntos que pueden resultar claves en la sumatoria final. Ante la Celeste, los tres; frente a los cafetaleros, dos.

“Tenemos que tener más experiencia en ese sentido. Hemos hecho un buen trabajo, pero en esos puntos finales tenemos que estar más juntitos y no nos puede pasar esto. Nos pasó con Uruguay y nos vuelve a pasar. Nos deja un gusto amargo”, dice, a modo de síntesis, Alexis Sánchez. Sin embargo, aunque primero los elogia, el delantero del Inter de Milán, la figura del choque ante los cafetaleros, abre un flanco de crítica relacionado con los jóvenes que participaron de ambos duelos. “La Selección tiene que hacer ya un clic en todo sentido; en un complejo, en el desarrollo de cada jugador, seguir creciendo a nivel juveniles. La ANFP tiene que seguir mejorando a los jóvenes de atrás, porque hoy en día no veo ninguno”, enfatiza. La respuesta de Paulo Díaz, uno de los nuevos, no demoró en llegar. “No sé qué estará viendo Alexis”, dijo el jugador de River Plate.

La última parte de la reflexión del Niño Maravilla enardece a los históricos, quienes asumen la defensa de los más inexpertos. “No comparto para nada el juicio de Alexis. Los nuevos tienen que adquirir la experiencia que a Alexis le sobra y él debería darse cuenta de que debería ir hacia adentro y siempre juega lateralmente. Lo que sí está haciendo bien es dar los pases en profundidad, pero no va para adentro. Lo tocan y parece que lo matan. Ahora que anda bien, habla. Cuando estaba mal, no sacaba la voz. Hay que ser parejo. Lo que me parece mal es que en vez de ayudar a los jóvenes, los expone. Eso no está bien. A los jóvenes hay que ayudarlos. Sierralta es muy bueno, demostró personalidad. Vegas lo mismo. Mostró la marca que no había con Beausejour. Y Paulo Díaz es un jugadorazo. De lateral, de central, donde lo pongan", responde Sergio Navarro, capitán de la Roja que fue tercera en el Mundial de 1962. Y lanza una comparación que generará controversia: “La defensa anduvo mucho mejor que con la Generación Dorada, que daba más oportunidades de gol e hizo grande a Claudio Bravo. Cuando el arquero se nota es porque la defensa anda mal”.

Jorge Aravena, figura del combinado nacional entre los 80 y los 90, coincide con esa apreciación. “En ambos partidos jugamos con defensas inéditas y creo que respondieron. Los muchachos están asumiendo la responsabilidad. Las declaraciones de Alexis son desafortunadas. Evidentemente lo dijo con la cabeza muy caliente. Hoy le estamos exigiendo a Rueda la renovación, cosa que debió buscarse hace cinco años cuando se estaba ganando. Hoy Rueda, a la carrera, con una Selección que no ha podido jugar, puso cinco jugadores habían jugado muy poquito. Toda la línea defensiva, incluyendo al volante de contención. Aparecieron y, para mí lo hicieron bien”, dice el Mortero.

Falta de osadía

El debate se amplía. Leonardo Véliz, mundialista en Alemania 1974, intenta explicarse por qué Chile no aprovechó sus momentos de superioridad para ampliar la ventaja y terminó sufriendo por las unidades que se esfumaron. El Pollo apunta hacia la banca. “A Rueda le faltó osadía. Los colombianos estaban cansados. A Queiroz el cambio le resultó. Pero uno decía ‘saco a Vargas y a quién pongo’. No había. Ese es el temor. Quizás debió estar (Edson) Puch, que es rápido, vivaz, que se saca a dos, que está en buen momento. Yo creo que tendrá que llamarlo. Ahí no se necesita un perro de presa, sino un jugador que desequilibre. Y no hay. Con (Felipe) Mora tampoco pasa nada”, puntualiza el exdelantero.

Aravena, en cambio, es menos condenatorio. “Son circunstancias de los juegos. No me cabe duda de que el equipo quería ganar. Fue hasta desafortunado cómo terminó, porque el remate era desviado. Radamel no hizo más que poner el pie. El desarrollo del juego fue bueno en líneas generales. Es fácil opinar con el partido jugado. Chile jugó bien ante una selección muy fuerte. Prácticamente todos titulares en Europa. Son 90 minutos. Siempre digo que los más complicados siempre son los primeros noventa. Si hubiese sido una jugada muy elaborada la del empate, daría para analizarla más, pero fue un rebote, un rechazo, un remate desviado que encontró a Radamel ahí, nada más.”, insiste.

Navarro, en tanto, defiende la propuesta del técnico colombiano que dirige a la Roja. “Habría que preguntarle a Rueda si le faltó osadía. Yo creo que no, sinceramente. Rueda me causa una muy buena impresión, porque es un hombre muy serio, responsable y su trabajo está rindiendo resultados. Se ve que está manejando bien el grupo, que sabe lo que hace. Hay que esperar un poquito antes de emitir opiniones tan categóricas”, sostiene.

La experiencia, al debe

En lo que todos coinciden es en el bajo nivel de algunos referentes de quienes se esperaba que asumieran un rol más preponderante. “Nunca vi tan opaco a Charles Aránguiz. No llegaba a cortar. Y Aránguiz es el equilibrio del equipo. A partir de ahí, James empezó a descargar hacia los costados”, resalta Véliz. “Los cabros, a los que Alexis critica, fueron mejores que varios de la Generación Dorada que no estuvieron a la altura. Por ejemplo, no sé qué hace Eduardo Vargas ahí. No se trata de sacarlo de la Selección, pero si en un partido no rinde hay que cambiarlo. Hay que atreverse a hacerlo”, añade Navarro.

"Ayer, por ejemplo, Charles se equivocó mucho con la pelota y eso es muy extraño en él e influye mucho en el rendimiento de Chile. Lo mismo Vargas. Lo absorbió la defensa, lo que también es muy raro. Aún así, insisto, Chile no hizo un mal partido ante una selección que tiene jugadores muy importante, que están rindiendo a un gran nivel en Europa, plantea Aravena.

Los ganadores

La lista de ganadores también tiene nombres. “Me gustó mucho lo que hizo Sierralta en los dos partidos. También lo de Díaz y Vegas”, resalta Navarro. El defensor del Watford entregó un factor clave del que Chile carecía: presencia en el juego aéreo. Donde más destacó esa faceta fue en Montevideo, ante delanteros que dominan históricamente esa faceta. En el Centenario, el jugador formado en la UC le sacó partido a los 1,92 metros que mide. El balance, eso sí, se diluye por las dos amonestaciones que recibió, lo que le impedirá estar en el próximo partido, ante Perú. Para ese duelo reaparecerá Guillermo Maripán aunque es incierto el regreso de Gary Medel.

Paulo Díaz también mostró solvencia y oficio ante delanteros complicados. Y, fuera de la cancha, la personalidad y el liderazgo para hacerle frente a las declaraciones de Sánchez y defender al bloque más joven del equipo. En el mediocampo, Baeza y Pinares mostraron cualidades que deberían transformarlos en alternativas ante eventuales emergencias.

En el arco, la actuación de Brayan Cortés también merece reconocimiento. El iquiqueño entró de urgencia en la formación para el duelo ante Colombia y elevó considerablemente el rendimiento respecto del que muestra en Colo Colo. Su presencia en futuras nóminas no debería correr riesgos.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.