Asesinatos, balaceras y amenaza a autoridades: la crisis de seguridad que asfixia a Lima

Operativo policial realizado en el distrito de San Miguel, en la provincia de Lima, el 19 de abril. Foto: Agencia Andina

La capital peruana ha registrado un aumento de los robos y también de los asesinatos. Los expertos señalan que se ha registrado un incremento en la zona urbana, una situación que en años anteriores se registraba en otras ciudades del país.


Acomienzos de marzo, la conductora de televisión peruana Gisela Valcárcel salió como de costumbre a caminar por el barrio limeno de San Isidro cuando sacó su teléfono celular y un sujeto a bordo de una moto y se lo robó. Los paseos por la costanera en Miraflores, San Isidro o Barranco en la capital peruana se están haciendo cada vez menos habituales entre los limeños, debido a la creciente inseguridad que se vive en la ciudad, con asesinatos múltiples, balaceras, amenazas a autoridades, atentados contra locales, cobro de cupos y extorsiones, sin que la Policía pueda frenar esta nueva ofensiva del crimen organizado.

En este sentido, los asaltos a vehículos en el país están en aumento y ese delito se registra con mayor incidencia en Lima. Desde enero hasta el 3 de abril pasado, se reportaron 2.319 denuncias por robo de autos, según el reporte de Perú 21 recogidos de la Dirección de Prevención e Investigación de Robo de Vehículos (Diprove) de la Policía Nacional del Perú (PNP).

Estos pueden variar desde robos en semáforos hasta asaltos en movimiento o cuando el vehículo está estacionado. Estos reportes han afectado a todos los distritos de la capital, con el 80% de los incidentes concentrados en autos que estaban estacionados y el restante 20% a través de asaltos directos.

De esta manera, en promedio, se roban entre 20 a 25 vehículos en la capital. El coronel de la PNP Carlos Alcántara, jefe de la Diprove, señala que estos actos ocurren en los lugares estratégicos, donde los delincuentes identifican que no existe ninguna medida de seguridad.

Agentes de policía se forman previo a una marcha en Lima, el 9 de febrero pasado. Foto: Reuters

“Lo que se ha visto en estas últimas semanas es una presencia cada vez más expresa de la violencia en la zona urbana, en Lima en particular. Lo que también es cierto es que este tipo de presencias ya existían en algunas ciudades del país. Por ejemplo, en la costa norte, en Trujillo, y también era una cosa muy recurrente en algunas ciudades de la Amazonía peruana. Lo que está ocurriendo ahora es que no solamente pasa en la parte periférica de Lima, sino también está en las partes más comerciales. Esto hace que sea más notorio, pero no quiere decir que no hayan existido lógicas muy parecidas ya antes en otros lugares del país”, dijo a La Tercera Nicolás Zeballos, Fundador del Instituto de Criminología en Perú.

“Lo que ha cambiado mucho el panorama fue el raqueteo (motochorros), son los que van en auto o en moto y no es que planifiquen sus delitos, sino que van avanzando. Esto aumentó y lógicamente cambió el panorama de la seguridad, porque no es que hayan zonas seguras y zonas inseguras, sino que todo Lima se volvió inseguro, porque los ladrones se movilizan y se movilizan muchas veces en autos robados de alta gama con lunas polarizadas”, explicó a La Tercera el exministro del Interior peruano, José Luis Pérez Guadalupe.

Según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), las muertes violentas han aumentado y solo hasta el mes de abril de este año se llegó a reportar 418 homicidios a nivel nacional, mientras que en Lima las personas asesinadas ascienden a 182.

Según el diario La República, pese a las 30 normas lanzadas por el gobierno para combatir la inseguridad ciudadana -que fueron elaboradas en el marco de la autorización de facultades legislativas solicitadas al Congreso-, nada parece funcionar para detener este flagelo que afecta a los más pobres.

Dos delincuentes detenidos y un agente de seguridad fallecido es el resultado de un operativo policial realizado en el distrito de San Miguel, donde se logró frustrar el asalto de un camión que aparentemente trasladaba artículos de valor. Foto: Agencia Andina

“Ha habido algunos avances interesantes en las últimas semanas. Ha habido capturas y detenciones de muchos cabecillas y organizaciones criminales de parte de la Policía Nacional. Pero en muchos de estos casos, después la Fiscalía y el Poder Judicial los libera, por alguna cuestión administrativa. Entonces el gran problema es que no hay esa línea de comunicación entre policía y Fiscalía, que termina haciendo que muchos de estos criminales vuelvan nuevamente a las calles”, añadió Zeballos.

“La verdad es que no ha habido ninguna medida efectiva de este gobierno. Y cuando digo este gobierno me refiero a Pedro Castillo (julio de 2021 a diciembre de 2022) y a Dina Boluarte. En los quinquenios de los presidentes Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, hubo siete ministros por quinquenio que ya era un montón. Pero ya después, cuando entra Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) y los otros que vinieron encima, o sea, en cinco años, hubo 11 ministros del Interior. Cuando la cabeza tiene una alta rotación es gente que no está preparada y no permite plantear una política a mediano o largo plazo”, indicó Pérez Guadalupe.

El exministro de Interior de Humala sostuvo que “lo que ha cambiado en todos nuestros países, del de América del Sur, sobre todo, es el ingreso del crimen organizado, fundamentalmente centrado en la droga, los carteles de la droga. Y en los últimos cinco o seis años en el gran cartel del Tren de Aragua”. “Es otro tipo de delincuencia a la que estábamos acostumbrados en Ecuador, en Chile o en Perú. Es más agresiva, más letal. Ellos no amenazan de frente, agreden, usan armas de fuego, nada de arma blanca”, añadió.

Para Zeballos, la delincuencia en Perú se trata también de un problema regional. “Está pasando. Uruguay, por ejemplo, ha pasado de ser un país con tasas de homicidio muy bajos a tener tasas que duplican lo que tenía regularmente. Ecuador era reconocido como un país con cierta estabilidad en tema de seguridad y la explosión ha sido notoria. Ustedes en Chile están viendo cosas que no han no habían visto antes. Estamos ante la presencia de expansión y de federación de muchas organizaciones criminales y bandas criminales muy pequeñas, atomizadas, con control territorial muy acotado, muy específico del barrio, de la comuna, de un espacio local y articuladas y coordinadas por estructuras criminales un poco más grandes, como el Tren de Aragua, y lo concreto es que viene siendo un fenómeno muy violento”, concluyó.

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