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Marc Marginedas: “Rusia es muchísimo más peligroso de lo que la gente piensa”

El periodista español, autor del libro Rusia contra el mundo, plantea que América Latina “es un objetivo prioritario” para Moscú y que en Centroamérica ha tenido “un nivel de penetración gravísimo”. “Lo que Rusia quiere es promocionar gobiernos y regímenes que no sean democráticos, y le da igual que sean de derecha o de izquierda. A diferencia de la Guerra Fría, puede tomar todo tipo de caras”, dice a La Tercera.

El periodista Marc Marginedas en la presentación de su libro. Foto: El Periódico

Tras una destacada carrera como corresponsal en Rusia, en 2013 Marc Marginedas decidió viajar a Siria, país que en ese momento enfrentaba una guerra civil. Pero el plan salió mal: cuando entró en el territorio sirio fue secuestrado por el Estado Islámico, que controlaba varias ciudades del país árabe. “Al día siguiente de mi secuestro llegaron dos yihadistas y uno de ellos hablaba ruso, por lo que me dirigí hacia él y le pedí, por favor, que me liberara, porque yo no tenía nada. Le dije que lo que a mí me interesaba era el sufrimiento de la población civil. Y él me respondió: ‘Tú has venido aquí dos veces y te ha salido bien, pero ahora te vamos a matar’. Esa no es una frase de un yihadista, sino de una persona que está indignada con los periodistas que entramos ilegalmente en Siria. Luego tuve otros incidentes con yihadistas de Rusia y me hizo pensar cómo ese país había manipulado a los grupos armados en Chechenia, por lo que pensé que estaba actuando de la misma manera. La aparición del Estado Islámico convirtió al régimen de Bashar al-Assad en un mal menor durante mucho tiempo”, cuenta el periodista español de El Periódico en conversación vía Zoom con La Tercera.

Fue este incidente en Siria lo que motivó a Marginedas a escribir Rusia contra el mundo: más de dos décadas de terrorismo de Estado, secuestros, mafia y propaganda (Península), libro donde denuncia la corrupción, el espionaje y el apoyo al terrorismo de Rusia al mando de Vladimir Putin y que el jueves 6 de noviembre presentará en el Salón de Honor de la Universidad Católica a las 12:30.

¿Cuál es la injerencia que tiene Rusia hoy en América Latina?

América Latina es un objetivo prioritario para ellos. En Centroamérica el nivel de penetración es gravísimo. Ahora, para el 30 de noviembre, en Honduras querían presentar observadores para las elecciones. Me parece importante que se empiece a hablar de esto, porque lo que Rusia quiere es promocionar gobiernos y regímenes que no sean democráticos y le da igual que sean de derecha o de izquierda. A diferencia de la Guerra Fría, puede tomar todo tipo de caras. Es un Estado mafioso que ofrece múltiples caras dependiendo del interlocutor al que se dirige. Rusia entiende que América Latina es un campo abonado para su expansión, porque existe un resentimiento histórico hacia Estados Unidos por el hecho de que durante décadas apoyó regímenes militares que fueron violadores de los derechos humanos. Entonces eso es algo que hace que el nombre de Rusia tenga automáticamente muchísima más capacidad de influir que en Europa. Rusia, por ejemplo, ha alcanzado un nivel de penetración, junto a China, que la Unión Soviética jamás tuvo durante la Guerra Fría. Entonces, en estos momentos no solo tiene un aliado en Cuba, sino un aliado en Nicaragua, con miles de asesores de seguridad. Ha firmado un acuerdo con Rusia que permite el despliegue de tropas y ocurre al lado de un país que no tiene Ejército, como es Costa Rica. En México, la presencia es muy potente. Estuve el año pasado y vi, por ejemplo, la embajada, que tiene más diplomáticos que la Cancillería norteamericana. Eran alrededor de 80 diplomáticos. Pero, además, consideremos que el cocinero, el médico de la embajada, todos son gente que, bajo la cobertura de un profesional, actúan como espías. En Colombia existen 30 diplomáticos, con nivel de relaciones ínfimo.

En esta foto compartida por la agencia estatal rusa Sputnik, el presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne con militares en el Kremlin de Moscú el 12 de junio de 2025, como parte del programa "Tiempo de Héroes", cuyo objetivo es integrar a veteranos en altos cargos públicos. Foto: Archivo SERGEI BULKIN

¿Dónde Moscú está poniendo el foco en la región?

Me parece que los lugares donde Rusia está poniendo el foco es en Centroamérica, precisamente en Honduras: las elecciones del 30 de noviembre son vistas por ellos como una oportunidad para avanzar ahí. Y evidentemente hemos detectado la presencia de actividades de inteligencia y de los propagandistas rusos, empezando por Pablo Iglesias, que dirige un medio que está alineado con los postulados rusos. Y luego está Inna Afinogenova, que era una persona que trabajaba como subdirectora de RT en español. Está también cortejando a Bukele y a una parte de la dirigencia salvadoreña. Y luego yo pienso que en estos momentos la actividad más intensa está en Colombia. Hemos visto que las disidencias de las FARC han empezado a utilizar drones de una forma bastante mortífera contra las fuerzas de seguridad. Las disidencias de las FARC están implantadas en Venezuela, donde hay presencia de militares. Incluso llegué a identificar asesores en la contrainteligencia de Caracas que asesoraban a los venezolanos en la tortura. Tengo testimonios que me dijeron haber oído hablar ruso. Los medios locales colombianos se sorprenden de que en el último medio año hayan dado un salto cualitativo las disidencias de las FARC para la utilización de drones. Las elecciones del año que viene en Colombia se presentan muy tensas. Lo que aspira Rusia en todos los países es que se integren a los Brics.

Usted presenció el ascenso de Putin al poder, ¿cuánto ha cambiado desde entonces?

Putin no cambió nada. Llegó al poder con los resultados de falsa bandera. Es decir, cuando fue nombrado primer ministro fue en el verano del 99. Era un momento en el cual las elecciones todavía se respetaban. Entonces él tenía que conseguir pasar del total desconocimiento a ser la persona más popular en medio año. Nada más ser nombrado primer ministro y que Yeltsin lo nombrara su delfín, empezó a resolver los atentados en Moscú y en otras ciudades rusas. Y luego, automáticamente, sin ningún tipo de prueba, se culpó a los rebeldes chechenos. En el país había un estado de histeria colectiva y llevó a algo que era totalmente impopular, que era reiniciar la guerra de Chechenia (agosto 1999), que había acabado en desastre para Rusia tres años antes. Putin es una persona que nada más llegar al poder empezó con la guerra. Evidentemente Rusia era un país mucho más débil. Gente como Clinton, Obama, Bush padre e hijo, ellos decidieron no enfrentarse a alguien que había llegado al poder con unos métodos como los atentados de falsa bandera. Lo que hicieron fue posponer el problema a las generaciones posteriores. Y ahora el problema es mucho más intratable. Es decir, estamos hablando de un país que ha conseguido más o menos un subterfugio, influir decisivamente en las elecciones del país más poderoso del mundo, que es Estados Unidos. Tenemos una guerra en Europa, algo que pensábamos que estaba totalmente proscrito. Rusia instrumentaliza el terrorismo. Pero también hay otra cosa que instrumentaliza, que son las mafias, el crimen organizado. Rusia es muchísimo más peligroso de lo que la gente piensa. Cuando la gente dice Rusia es una dictadura, vamos a entendernos con ella, no, eso es un 10% de la realidad. Estamos hablando de un país en el cual el crimen organizado se ha fusionado con el Estado y es capaz de instrumentalizar el terrorismo en beneficio propio.

¿Cómo evalúa las relaciones de Putin con Trump?

Yo creo que, evidentemente, quedó muy reflejada la relación de Trump con Putin en la primera cumbre que mantuvieron en Helsinki (en julio de 2018). El lenguaje corporal era catastrófico por parte de Trump, parecía necesitado, mientras que Putin llegó tarde, intentó demostrar clarísimamente que era él quien mandaba. En esta segunda Presidencia, yo creo que hemos tenido más ejemplos de la incapacidad de Trump, (se ve) siempre dispuesto a creer en la palabra de Putin. Nadie sabe cuál es la relación entre Trump y Putin. Hay un experto que ha estudiado los métodos de negociación de Trump. Y él me dice que sociedades pantalla rusas salvaron a Trump de la quiebra el año 2000, comprando sus fondos, etcétera. Evidentemente, lo que está claro es que Trump sabe que él jamás hubiera ganado las elecciones en 2016 si no hubiera sido por la ayuda de Rusia.

¿Por qué no se ven grandes protestas contra Putin en Rusia?

Lo que hay es resignación. Y es una decepción, porque el régimen no es ni comparable con la última época de la Unión Soviética, es más comparable al estalinismo sin comunismo. Entonces hay un acto reflejo de los rusos cuando ven que el régimen opta por esto (el modelo más parecido a Stalin). O sea, intentan refugiarse en sí mismos a esperar a que la tormenta pase. En Rusia la percepción es que el poder va por un lado y la ciudadanía no tiene ninguna capacidad de influir cuando el régimen es tan represivo. Pero yo creo que hay unas cosas que son síntomas de que Putin no es popular. Cuando Prigozhin se levantó en armas logró llegar a 700 kilómetros de Moscú sin que hubiera una grandísima oposición. Cuando murió Navalny, durante tres días hubo un desfile de personas por su tumba. Y eso es realmente heroico, porque la gente que va se arriesga a perder sus trabajos, o sea lo que hay es esa percepción de que verdaderamente poco se puede hacer. Ahora, estoy seguro de que algún día Rusia tendrá que mirarse a la cara y ver que han sufrido bajas importantes. Más de un millón de personas en una guerra para conseguir el 20% de un país.

¿Por qué cree que Rusia inició la guerra?

Esta guerra no se inició para conseguir conquistas territoriales, sino que para someter a Ucrania. Rusia percibía que sin Ucrania no podía ser un imperio. Eso ya no va a suceder. Ucrania va a sobrevivir. Rusia ha perdido la guerra desde el primer momento en que no pudo tomar Kiev, no pudo conseguir que Zelensky huyera; desde el primer momento en que los ucranianos decidieron dar batalla. Imagínense, por ejemplo, que hay un alto el fuego. Y Kiev es integrado en Europa, experimentando crecimientos como Polonia, como el resto de los países del este de Europa. Evidentemente los rusos van a compararse con el país más similar a ellos, que es Ucrania. Entonces, yo creo que es una batalla que Rusia sabe que ha perdido y por el momento evidentemente no es de la percepción entre los rusos de que puedan hacer algo para cambiar, pero eso puede cambiar con el tiempo.

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