Médicos advierten sobre un “inusual” síntoma de Ómicron en los niños; el Sars-CoV-2 se esconde en las células grasas y así decidirá el mundo el fin de la pandemia; tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana

Imagen referencial. Foto: Reuters

Pese a su reciente irrupción, algunos especialistas ya han logrado conformar una lista básica de síntomas de la nueva variante y un estudio descubrió dónde se podrá estar escondiendo el coronavirus.


1. Médicos advierten sobre un “inusual” síntoma de Ómicron en los niños

Aunque la variante Ómicron fue detactada recién hace un par de semanas, los médicos ya han podido configurar algunos síntomas distintivos de estenuevo linaje del coronavirus. Algunos especialistas han advertido de un inusual síntoma en los niños, al que los padres deberán tener atención.

De acuerdo al Dr. David Lloyd, un médico de Londres, Reino Unido, varios niños con esta variante están presentando erupciones en la piel mientras están infectados con la nueva variante.

Este médico ha reportado haber visto alrededor del 15 por ciento de los jóvenes con casos confirmados de Ómicron desarrollar manchas.

Además, de acuerdo a su reporte, también experimentaron fatiga, dolores de cabeza y pérdida de apetito, lo que parece encajar con los síntomas variantes más comunes informados hasta ahora en adultos.

El experto en salud le dijo al sitio Sky News que la diferencia en los síntomas era “bastante importante”, junto con el sarpullido.

El médico señaló que la sugerencia de que los casos se están duplicando rápidamente pareció ser correcta, por lo que está viendo, y agregó: “Esperemos que no sea tan mortal como el Delta y esperemos que podamos superarlo. Pero es un momento preocupante“.

Un grupo de personas en Valletta, Malta. Foto: Reuters

Lloyd dijo que durante todo el desarrollo de la pandemia, siempre han tenido un pequeño grupo de pacientes con Covid que experimentan erupciones cutáneas, “pero hasta el 15 por ciento de los niños con Ómicron tienen una erupción inusual”, dijo.

“Así que estamos empezando a aprender un poco más sobre el virus y estamos empezando a distinguirlo”, señaló.

Por ello, y pese a que los tres principales síntomas del Covid-19 incluyen una tos persistente, fiebre alta y pérdida del gusto y el olfato, ahora pareciera sumarse este nuevo síntoma, especialmente en los menores.

Por eso los médicos dicen que los signos de la variante Ómicron podrían ser difíciles de detectar, ya que los síntomas principales son diferentes de los descritos actualmente por el Servicio Nacional de Salud (NHS, su sigla en inglés) del Reino Unido.

El trío de síntomas establecidos por el NHS se presentó por primera vez cuando la pandemia golpeó en marzo de 2020 y la lista se ha mantenido igual a pesar de la aparición de nuevas cepas.

Los médicos que trabajan en Sudáfrica, donde se detectó por primera vez la variante Ómicron, han dicho que los síntomas principales son fatiga, dolores corporales y dolor de cabeza.

La Dra. Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, una de las primeras especialistas en caracterizar a la nueva variante, dijo que los pacientes no han informado pérdida del gusto y el olfato.

Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica Sudafricana, en entrevista a Reuters señaló que el 18 de noviembre notó que siete pacientes en su clínica tenían síntomas diferentes a los descritos para Delta dominante, aunque “muy leves”.

El profesor Tim Spector del King’s College de Londres, quien lidera una aplicación global llamada ZOE Symptom Tracker, que ha clasificado todos los síntomas de la enfermedad, ha pedido durante mucho tiempo que se agreguen síntomas adicionales a la lista oficial del NHS.

Los especialistas aún están haciendo esfuerzos para comprender completamente la nueva variante, de la que solo se conoce desde hace dos semanas.

Los científicos creen que podría propagarse más fácilmente y podría evadir las vacunas, pero aún necesitan realizar más pruebas.

2. El Sars-CoV-2 se esconde en las células grasas

Los científicos de la Universidad de Stanford creen haber encontrado evidencia de que el virus que causa el Covid-19 puede infectar las células grasas, así como también las células inmunes que residen en el tejido graso. Los hallazgos, que aún no se han revisado y publicado formalmente, podrían proporcionar una pista de por qué las personas que viven con obesidad tienen un mayor riesgo de padecer Covid-19 grave, además de otras complicaciones.

De acuerdo a los científicos, el factor de mayor riesgo para esta enfermedad es la edad, pero nunca ha habido mucha claridad respecto a cómo las personas más jóvenes y con otras afecciones de salud también tienen un mayor riesgo, incluidas las personas más jóvenes con obesidad (definida como tener un índice de masa corporal superior a 30).

Las personas con obesidad no solo parecen tener un mayor riesgo de enfermedad grave y muerte, sino posiblemente un mayor riesgo de síntomas crónicos informados después de la infección, comúnmente conocido como Covid prolongado. De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, su sigla en inglés), la obesidad puede haber contribuido hasta en un 30% de las hospitalizaciones por Covid-19 en los EE.UU. durante 2020.

Sin embargo, está menos claro por qué existe este riesgo adicional. Las personas con obesidad tienen más probabilidades de tener diabetes tipo 2, por ejemplo, que es en sí misma un factor de riesgo para el Covid-19 grave, pero incluso las personas sin diabetes parecen tener un riesgo más alto.

Ahora, este grupod e científicos de la U. de Stanford, recolectó muestras de tejido graso de personas que se sometieron a cirugía bariátrica y luego vio lo que sucedería cuando expusieran ese tejido al coronavirus. Descubrieron que las células grasas maduras, también conocidas como adipocitos, y los macrófagos: células inmunes que detectan gérmenes, señalan la presencia de infecciones e incluso ingieren patógenos.entero a veces — podría infectarse con éxito por el SARS-CoV-2. Luego, esta infección pareció desencadenar una fuerte respuesta inflamatoria, que involucra la producción de sustancias químicas llamadas citocinas que se han asociado con el Covid-19 severo. Las células grasas precursoras, o preadipocitos, no fueron infectadas por el virus, pero también se vieron involucradas en avivar esta inflamación. Por último, pudieron encontrar rastros de ARN del coronavirus en el tejido graso recolectado de personas que habían muerto de covid-19 y también evidencia de inflamación allí.

Los resultados del estudio se publicaron en octubre en el sitio web de preimpresión bioRxiv, lo que significa que no han pasado por el típico proceso de revisión por pares, que es importante para examinar cualquier investigación. Por tanto, sus conclusiones deben considerarse con especial cautela. Pero si se valida con más estudios, podría ayudar, al menos en parte, a explicar el vínculo entre la obesidad y el Covid-19 severo.

“Esto bien podría estar contribuyendo a una enfermedad grave”, dijo al New York Times la autora principal de la investigación, Catherine Blish, inmunóloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. “Estamos viendo las mismas citocinas inflamatorias que veo en la sangre de los pacientes realmente enfermos que se producen en respuesta a la infección de esos tejidos”.

Los hallazgos podrían incluso tener implicaciones más allá del estallido inicial de enfermedad causado por el Covid-19. “Si las células adiposas constituyen un reservorio de infección viral, la obesidad puede contribuir no solo a la enfermedad aguda grave, sino también al síndrome de covid prolongado”, señalaron los autores en su artículo.

Sin embargo, por ahora, se deben realizar más investigaciones para determinar el papel, si lo hay, que las células grasas infectadas por el coronavirus pueden tener en la causa de la enfermedad.

3. Así decidirá el mundo el fin de la pandemia

No existe una definición clara de cuándo comienza y termina una pandemia, y la amenaza que representa un brote global puede variar según el país.

“Es un juicio algo subjetivo porque no se trata solo del número de casos. Se trata de la gravedad y el impacto “, dice el Dr. Michael Ryan, jefe de emergencias de la Organización Mundial de la Salud.

En enero de 2020, la OMS designó al virus como una crisis sanitaria mundial “de importancia internacional”. Un par de meses después, en marzo, la agencia de salud de las Naciones Unidas describió el brote como una “pandemia”, lo que refleja el hecho de que el virus se había extendido a casi todos los continentes y muchos otros funcionarios de salud decían que podría describirse como tal.

La pandemia puede ser considerada como terminada cuando la OMS decida que el virus ya no es una emergencia de interés internacional, una designación que su comité de expertos ha estado reevaluando cada tres meses. Pero cuando las fases más agudas de la crisis se alivian dentro de los países podría variar.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Foto: AFP

“No va a haber un día en que alguien diga, ‘Está bien, la pandemia ha terminado’”, dice el Dr. Chris Woods, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Duke. Aunque no hay criterios universalmente acordados, dijo que los países probablemente buscarán una reducción sostenida de los casos a lo largo del tiempo.

Los científicos esperan que Covid-19 eventualmente se convierta en un virus más predecible como la gripe, lo que significa que causará brotes estacionales, pero no las enormes oleadas que estamos viendo en este momento. Pero incluso entonces, Woods dice que algunos hábitos, como usar mascarillas en lugares públicos, podrían continuar.

“Incluso después de que termine la pandemia, Covid seguirá estando con nosotros”, dice.

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