Le llegó el minuto de responder a Bizarro Live Entertainment, una de las productoras de conciertos más importantes del país.

El pasado jueves 17 de julio, otra compañía del rubro, Swing Booking & Management -encabezada por el promotor Carlos Lara y que se ha enfocado en artistas latinos como Luis Fonsi, Marco Antonio Solís o Cristian Castro- interpuso una demanda contra la firma que lidera Alfredo Alonso y que se encarga desde 2019 de producir el Festival de Viña del Mar.

¿La razón? Competencia desleal. En la acción judicial presentada en el 9º Juzgado Civil de Santiago, Swing acusa que Bizarro ha incurrido en un abuso de posición dominante de mercado precisamente a partir del certamen de la Quinta Vergara, lo que afecta la libre competencia en la industria nacional de música en vivo.

En ese sentido, según reclama el texto, Bizarro ofrecería a los artistas que trae a Viña una representación exclusiva durante el resto del año, para agendar shows en otros puntos del país.

El documento también acusa que Bizarro negocia y contacta directamente a los artistas que ficha para la cita estival -“malintencionadamente”, califica el texto-, desconociendo el histórico vínculo comercial y contractual que esos números tienen con otros productores.

Estos habrían sido los casos de los colombianos Morat y los italianos Il Volo, conjunto con los que trabaja Lara.

La querella de Bizarro

Ante ello, el gerente de Bizarro, Daniel Merino, decidió presentar este martes 5 de agosto una querella criminal por el delito de injurias graves con publicidad en contra de Carlos Lara, ya que considera que este último difundió una serie de imputaciones falsas que -según recalca Bizarro en un comunicado- “han dañado gravemente la honra personal y profesional” de Merino.

La arremetida judicial fue interpuesta ante el 8° Juzgado de Garantía de Santiago y se origina por expresiones vertidas en la demanda civil presentada por Lara, en la que acusa a Merino de haber actuado con mala fe al contactar directamente a representantes del grupo Il Volo y otros artistas con supuestos fines desleales, sin respetar relaciones contractuales previas.

El comunicado sigue: “Merino niega categóricamente los hechos y sostiene que las acusaciones son falsas, carentes de todo respaldo probatorio, y que han sido difundidas además a medios de comunicación, amplificando el daño a su reputación en el competitivo mundo del espectáculo”.

El abogado Gianfranco Grattarola, quien patrocina la querella de Bizarro, enfatizó que las expresiones vertidas por Lara constituyen injurias graves tipificadas en el Código Penal chileno, al atribuir conductas contrarias a la ética profesional y al prestigio que, según subraya el abogado, Merino ha construido durante 15 años de trayectoria en el mercado.

Según dicen desde Bizarro, la acción judicial busca que se sancione penalmente al querellado y se restablezca la honra del afectado, “en resguardo de los principios de dignidad y respeto consagrados por la Constitución”, culminan desde la compañía de conciertos.