El Deportivo

La otra fiesta que vivieron niños y niñas en el Mundial Sub 20 de Chile

La alianza entre FIFA Foundation y ACNUR permitió que chilenos, refugiados y desplazados por crisis humanitarias participaran como portadores de banderas durante los partidos del torneo.

Veinticinco niñas y niños de distintas nacionalidades, entre ellos desplazados forzosos, pisaron por primera vez la cancha del Estadio Nacional durante los partidos del Mundial Sub 20 de la FIFA Chile 2025. Muchos solo habían visto torneos deportivos por televisión, por lo que vivir la experiencia desde dentro y conocer a sus ídolos ante más de 40 mil personas fue un verdadero sueño hecho realidad.

Su participación en el torneo más importante del fútbol juvenil se suma a una alianza global entre la FIFA Foundation y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, que tiene como objetivo ayudar a las personas desplazadas y a las comunidades de acogida a través de actividades deportivas para promover la protección, la resiliencia y la inclusión. En ocasión del Mundial Sub 20, niños y niñas refugiados, desplazados y locales fueron invitados a desempeñarse como portadores de banderas, llevando en cada partido las insignias de la campaña de la FIFA “Football Unites the World”, y participaron en un programa de actividades recreativas y deportivas.

En el duelo final entre Marruecos y Argentina, las niñas y niños alentaron a los jugadores con entusiasmo. La emoción fue total y se convirtió en la mejor forma de cerrar una experiencia que, según cuentan, jamás olvidarán. Santiago, un niño venezolano que llegó a Chile hace casi cuatro años, expresó: “Yo en Venezuela jugaba béisbol, pero cuando llegué a Chile conocí el fútbol, y me empezó a gustar porque es un deporte que se juega en equipo y que no es tan agresivo. Yo nunca había ido a un estadio y me he sentido muy emocionado por la gente que viene. Ahora mi sueño es ser futbolista profesional para ayudar a mi mamá y comprarle las cosas que ella quiera”.

Además, durante los entretiempos, tuvieron la oportunidad de salir nuevamente a la cancha junto a “Vito”, la mascota oficial del Mundial, para animar al público y pedirle que encendiera sus celulares, transformando el Estadio Nacional en un verdadero espectáculo de luces.

Las niñas y niños de diversas nacionalidades como chilena, boliviana, venezolana y haitiana, fueron seleccionados debido a su participación regular en un proyecto deportivo de coexistencia pacífica del ACNUR, implementado por Fundación Deporte Libre, en las comunas de Estación Central y Santiago. Alejandra Campos, Coordinadora Social de Programas de la Fundación Deporte Libre, destacó: “Que las niñas, niños y adolescentes con quienes trabajamos tengan acceso a este tipo de experiencia es algo fundamental y es una oportunidad que puede cambiar sus vidas, porque no fueron solo espectadores, sino que fueron parte del mundial Sub 20. En estas semanas vivieron una experiencia que les dio una nueva mirada sobre sus vidas y vieron que ellos son merecedores de oportunidades extraordinarias”.

Benjamín, chileno, también sueña con ser futbolista profesional. Cuenta que solo había ido una vez a presenciar un partido de fútbol, pero nunca al Estadio Nacional. Por eso, cuando pisó esa cancha por primera vez, la emoción fue indescriptible. “Sentí una alegría inmensa. Fue un sueño cumplido estar en el mismo lugar donde juegan los grandes. Cuando vi jugar a la selección chilena desde tan cerca, mi corazón latía fuerte, estaba muy emocionado”, subrayó.

También estuvo presente Angela, quien llegó hace nueve años a Chile desde Haití: “Nunca había estado en un estadio y me parece increíble. Cuando salí a la cancha me sorprendió y me animó ver lo emocionada que estaba la gente, en las miradas de algunas personas podía notar que era su primera vez también en el estadio. La emoción de toda la gente se sentía en el aire y eso se contagia”.

“En ACNUR creemos que apostar por la convivencia y la integración es fundamental para construir sociedades más inclusivas, y el deporte es una de las herramientas más poderosas para lograrlo, especialmente entre los más jóvenes”, señaló Rebeca Cenalmor Rejas, Jefa de la Oficina Nacional de ACNUR en Chile. “Pudimos reunir a niños y niñas de distintas nacionalidades y contextos, todos unidos por la pasión por el fútbol. Esta experiencia no solo les permitió compartir desde la alegría y el respeto, sino que también les dio esperanza y la convicción de que pueden soñar en grande y aspirar a un futuro mejor”.

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