Valoraciones negativas y llamados al Rechazo: las jugadas de la Iglesia Católica y los evangélicos ante el plebiscito

Charlas informativas, programas radiales y cápsulas audiovisuales son, entre otras, las herramientas que se utilizan para dar a conocer el texto de la propuesta constitucional. Si bien la Conferencia Episcopal no llamó a votar Rechazo, sí realizó una "valoración negativa" de algunos artículos. Desde las iglesias evangélicas, en tanto, se inclinarían mayoritariamente por rechazar el proyecto.


Gloria Díaz va a misa todos los domingo en la capilla Buen Pastor en Maipú. Y desde que comenzó la campaña por el plebiscito del próximo 4 de septiembre -donde los chilenos votarán Apruebo o Rechazo a la propuesta de nueva Constitución- “a veces, durante el Evangelio, el padre comenta un par de cosas, pero siempre diciendo que ojalá todo sea lo mejor para el país”.

Así como en Maipú, en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Providencia, el sacerdote ha explicado algunos artículos del texto constitucional. Con un enfoque neutro, dice una de las asistentes a los encuentros, quien asegura que la próxima semana comenzarán con un ciclo de charlas al respecto.

También inició algo similar la Red Laical de Santiago y la Quinta Región, que reúne a cerca de 350 cristianos. En julio empezaron con foros informativos vía Zoom, donde ya abordaron la arista salud y el próximo 26 de julio se abocarán a plurinacionalidad, con una exposición que estará a cargo del abogado especialista en derechos humanos y pueblos indígenas José Aylwin.

En la Diócesis de Valparaíso, en tanto, la Radio Stella Maris, que depende del obispado, innovó con un programa “dedicado especialmente a poder dialogar respecto de la Constitución”, explica el sacerdote Sebastián Vásquez, delegado episcopal para las comunicaciones. Al interior de la región, en San Felipe, el obispo Gonzalo Bravo Álvarez agrega que a nivel comunitario ya han comenzado a difundir cápsulas audiovisuales, a través de redes sociales, que abordan la propuesta de nueva Constitución.

Un poco más al sur, en Rancagua, el próximo 18 de agosto, en el marco del Mes de la Solidaridad, la vicaría pastoral del obispado realizará un debate entre los exconstituyentes Matías Orellana (PS) y Ricardo Neumann (UDI). Lo mismo se realizó el pasado 23 de julio en la parroquia de Caldera, en la diócesis de Copiapó, donde exconvencionales participaron en un debate en dicha iglesia. Y en Talca, la diócesis también comenzó un ciclo de reflexiones respecto de la propuesta, que se extenderá hasta el 23 de agosto.

Las instancias se repiten en distintas partes del país, porque el proyecto de Carta Magna no genera consenso dentro del mundo católico, especialmente, por el articulado que establece a nivel constitucional la interrupción voluntaria del embarazo.

La declaración de la CECh

Así quedó de manifiesto en la declaración publicada por la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) el 22 de julio, donde no explicitó si llamará abiertamente a votar Apruebo o Rechazo, pero sí invitó a “un discernimiento informado y un voto en conciencia”.

De la propuesta constitucional, dijo la CECh, “hacemos una valoración negativa de las normas que permiten la interrupción del embarazo, las que dejan abierta la posibilidad de la eutanasia, las que desfiguran la comprensión de la familia, las que restringen la libertad de los padres sobre la enseñanza de sus hijos y las que plantean algunas limitaciones en el derecho a la educación y a la libertad religiosa”.

Al respecto, el obispo de San Felipe, monseñor Gonzalo Bravo, señala que “yo conozco el mundo popular, sé que para muchas chiquillas que queden embarazadas por condiciones tan horribles, como una violación, o en un touch and go (...), sé que es una cosa horrible, pero no puedo pensar que ese embrión no es vida”.

En esta línea, Francisco Javier Astaburuaga, sacerdote y profesor de Derecho UC, comenta que el texto “en su totalidad me parece deficiente, jurídicamente mal redactado e incoherente con la tradición republicana y democrática de Chile, contrario a salvaguardar la dignidad de la persona humana desde el inicio de la vida en el vientre de la madre”, la cual -sostiene- “no solo queda a un nivel inferior que los animales, sino que como un ser sin protección e inexistente”.

Consultado sobre si votará Apruebo o Rechazo, el académico señaló que “cuando existen temas no negociables, como es la vida humana por nacer y la libertad de los padres para definir la educación de sus hijos, estamos frente a obstáculos insalvables del texto constitucional”.

Por otro lado, Mauricio Pulgar, vocero de la agrupación de sobrevivientes de abuso sexual clerical de la Quinta Región, señala sobre la propuesta que “en general nos parece una mejor opción para las víctimas de abuso sexual clerical (…); hoy tú demandas a un cura por un abuso sexual, que probablemente viviste en la adolescencia, y te mata la prescripción (...), entonces, nos hubiese gustado que en la nueva (Constitución) hubiese sido más específico ese tipo de delitos, que destruyen la vida desde que ocurre el hecho hasta el último día, pero obviamente sería más factible que una persona obtenga justicia con la nueva propuesta que en la actual”.

El exseminarista, que también integra la Red Laical, señala que en ese espacio, “en general, la mayoría está conforme con el texto y va a aprobar”.

Catolicismo a la baja

El 2007, el 66% de las personas consultadas en la Encuesta Bicentenario de la Universidad Católica se declaraba como católica. En el mismo análisis el año pasado, esa cifra llegó al 42%.

Junto con eso, también aumentó considerablemente el número de personas que se declaran ateas. El 37% de los encuestados señala no tener ninguna religión, mientras que otro 14% se define como evangélico.

Para Marcial Sánchez, historiador y experto en catolicismo, lo anterior se explica porque “lo que ha ido sucediendo dentro de la Iglesia Católica en el último tiempo no ha sido muy de noticias espirituales, sino más bien delictuales, y eso tiene que ver básicamente con los abusos de conciencia, de poder y abusos sexuales que se han cometido dentro del espacio religioso. Por lo tanto, eso ha mermado la credibilidad fundamentalmente de la jerarquía”.

Por lo mismo, agrega, “la incidencia de la opinión de la Iglesia Católica, fundamentalmente en la esfera pública y privada, fue importante. Yo me atrevería a plantear que hoy día no tiene la importancia de antaño (...); hoy día no tiene una mayor incidencia en la votación los feligreses que la acogen, porque los feligreses tienen razones suficientes y necesarias para hoy día votar como ellos consideran”.

Iglesias Evangélicas se inclinan por el Rechazo

Dentro del mundo evangélico, en tanto, ya se comienzan a deslizar las primeras posturas en torno al texto constitucional. En la Catedral Evangélica de Chile, Jotabeche, aún no tienen una decisión tomada y durante esta semana publicarán un comunicado respecto de su opinión de la propuesta. Si bien no fijarán una postura, sí expondrán sus argumentos respecto del texto.

No obstante, el pastor Héctor Cerda comenta que “no vamos a ser tan claros en decir Apruebo o Rechazo, porque no nos queremos meter en ese tema, pero dadas las cosas que vamos a indicar (creo) que la gente va a entender cuál es nuestra postura”.

Por su parte, la Plataforma Evangélica Nacional (Plena), que reúne a 30 organizaciones evangélicas, regionales y provinciales, fue clara y rechazó el borrador constitucional: lo calificó como de ideologías extremas.

El pasado 11 de julio la Plena emitió una declaración donde aseguró que rechaza el borrador, al considerar que los “anhelos de los ciudadanos fueron utilizados por parte de grupos minoritarios, quienes incorporaron ideologías extremas que no representan una mayoría”.

En siete puntos, la organización dijo que la propuesta “no se centra en las personas” y que “implementa justicia diferenciada, da privilegios a las disidencias sexogenéricas, no reconoce al pueblo evangélico e instala un sistema político sin contrapesos”.

Asimismo, el exconvencional y pastor evangélico Luciano Silva comentó que está haciendo campaña por el Rechazo, porque “el mundo evangélico es un mundo pobre, es un mundo sencillo, de las poblaciones más complicadas, donde no llega el Partido Comunista, no llega el Frente Amplio”. Y esas comunidades “tenían esperanza en este proceso, y este proceso no respondió a los cambios sociales, porque el modelo económico que plantea este proceso constituyente es un modelo altamente estatista, expropiatorio, que soluciona todo a través del Estado, pero que no incentiva el crecimiento económico del país, por lo tanto los evangélicos seremos sencillos, seremos pobres, pero no somos tontos”.

En ese orden de cosas, entre los evangélicos, asegura, “se ve una fuerte inclinación hacia el Rechazo, porque la gente tiende a seguir a sus pastores que han decidido tomar esta posición”.

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