
Entrevista con Juan Tagle: “El Claro Arena ayudará a retomar la senda de triunfos que inició en 2016”
El presidente de Cruzados está expectante. La próxima semana, la UC inaugurará su nuevo estadio. Con eso, finalizan una etapa de itinerancia que duró tres años y dan paso a una nueva época. Una que, según explica el timonel, debe ir acompañada de éxitos deportivos. En Universidad Católica apuntan alto. Incluso, a títulos internacionales.
Juan Tagle (57) no oculta su ansiedad por la apertura del Claro Arena. El presidente de Cruzados repasa con El Deportivo un proceso que duró más de tres años.
¿Visualizaba este momento?
Imagina las expectativas. En 2017 formamos una comisión estadio para empezar a soñar y dibujar lo que podría ser esta casa nueva. Son tantas horas de trabajo, momentos difíciles y de alegría, para llegar a esta parte final y estar a una semana de ver el estadio lleno. Genera un nivel de ansiedad muy grande. Esperamos llegar bien preparados y que la gente entienda que va a haber una etapa de puesta en marcha, que pueden haber dificultades iniciales. Es un sueño que está pronto a cumplirse. Ojalá ese día sea una fiesta, por el fútbol, pero también por todas las otras actividades que tenemos pensadas.
Tuvieron un revés con la suspensión del evento de prueba...
Haremos algunos ajustes al otro evento de prueba, vamos a ampliarlo para probar adecuadamente todos los sistemas, tanto los accesos, iluminaciones, seguridad, audio, sanitario, eléctrico, todo lo que nos tiene que interesar. La decisión de suspender el entrenamiento fue por un error propio de no advertir que el día antes de un clásico iba a ser considerado como un banderazo, para el cual no teníamos autorización ni era nuestra intención. Estamos tranquilos con el evento del miércoles y con el tiempo adicional que hemos tenido, quizás involuntario, porque nos hubiera gustado inaugurar antes.
¿Fue un error poner el 27 de julio como fecha, en un principio?
Uno en la vida tiene que ponerse metas ambiciosas. Con esa presión se logra avanzar mejor. Quizás si no nos poníamos la meta del 27 de julio y decíamos desde el inicio 23 de agosto, no llegábamos al 23 de agosto. No es por ser obtuso, pero creo que la presión que logramos imponer tratando de llegar al 27 de julio, permitió que todos tuvieran una sensación de urgencia. No hay que echarle la culpa al resto, hubo cosas en que fallamos. Llegamos 25 días después de esa fecha que nos pusimos ya hace bastantes meses.
¿Le sorprendió la postura de la DOM y el municipio?
No. Cada uno tiene que cumplir su rol y podemos tener diferencias. En general, hemos mantenido una buena relación, con disposición a escuchar, a reunirse.
Pero se les objetó más de lo que imaginaban...
Hay temas que son más de política pública. Tal vez los procesos de recepción municipal deberían tener un espacio para que las obras pudieran recibirse dejando temas menores para poder ejecutar dentro de un plazo razonable. Es como cuando uno recibe una casa que no entiende que hay cosas menores que se pueden ir arreglando a continuación. La regulación no permite eso y le impone a la DOM criterios que pueden ser muy estrictos. A veces discrepamos de algunas exigencias que nos hacía la DOM, pero siempre hubo un diálogo respetuoso. Queríamos tener antes la recepción, pero también cada vez que nosotros respondíamos a las observaciones, la DOM se pronunciaba de manera rápida sobre ellas. Hicieron cuatro visitas inspectivas en un plazo breve. Todos aportaron lo suyo cumpliendo su rol. Hay algunas medidas de mitigación que quedan pendientes de cumplir, pero eso es por otra vía. Esto recién comienza. Es un estadio que se tiene que poner en marcha. Van a haber dificultades. Alguna ocasión donde habrá problemas con el tráfico, o con distintos aspectos operacionales, y tenemos que trabajar con la municipalidad y con los vecinos de manera permanente.
¿Cuánto sube el costo de operación del estadio?
Las cifras son variables, aumentan, pero también crecen enormemente los ingresos que genera este venue. Es un nuevo centro de negocios que no teníamos.

¿Qué contemplan hacer?
Antes teníamos un estadio que hacía conciertos de vez en cuando, pero que no contaba con lo que hoy requieren las productoras. También vendimos 46 palcos, cuatro codos, dos placas comerciales están con acuerdos cerrados de arreglo permanente, tenemos salones que van a permitir hacer eventos corporativos. Va a generar una línea de ingresos importantes.
¿Adónde irán esos ingresos?
Fundamentalmente a infraestructura. Tenemos varios desafíos, sobre todo, enfocados en el fútbol formativo. Queremos ir creciendo como institución en todo ámbito. Eso significa estar mejor preparados en cuanto a recursos técnicos y humanos para procesos deportivos, en la conformación de planteles, en tener mejor a nuestros jugadores de casa. Ese es el objetivo. No es que seamos una empresa de eventos. Somos un equipo que tiene esta línea de negocio para reforzar su corazón, que es el fútbol.
¿Cuándo comienza a pagar Claro por los naming rights?
El periodo de 20 años de pagos comienza con la inauguración.
¿Cuánto costó el Claro Arena?
Más de US$ 50 millones. Cuando dijimos US$ 30 millones, era según el dólar de la época y asociado al costo de construcción.
¿Imaginaba que prácticamente duplicarían la inversión?
Cuando agregamos todas las medidas de mitigación, los costos financieros a los que se incurrió para financiar esta deuda, con intereses que se van generando desde el comienzo, más una serie de mejoras que introducimos, llámese la cancha de pasto sintético, que cuesta más del doble de lo que estaba considerado el césped natural, todas las medidas de seguridad adicionales, como torniquetes con reconocimiento facial, y una serie de obras exteriores que también no estaban consideradas, llegamos a ese valor.
¿Cómo lo solventaron?
Exigió de nuestra parte hacer un segundo aumento de capital, pero también buscamos nuevas líneas de ingresos. Por ejemplo, destinamos toda la primera venta de los palcos al financiamiento de la construcción, y otros negocios que se han ido generando, como nuevos socios comerciales.
¿Por qué vendieron abonos para toda la temporada? Hubo fanáticos que criticaron la decisión...
Nosotros fuimos muy transparente cuando hicimos la venta de abono. Se sabía que no había una seguridad en la fecha de inauguración. Era una posibilidad cierta de que el estadio pudiera atrasarse y que solo la segunda rueda se podía jugar ahí. Logramos jugar todos nuestros partidos en Santiago. Además, el interés por los abonos sigue siendo enorme. De hecho, en esta nueva etapa, en el primer día vendimos casi 3 mil abonos. Siempre hay crítica y gente descontenta, pero vendimos 46 palcos que se pagaron en verde. Las críticas se aceptan. Nosotros más que nadie hubiéramos querido inaugurar el estadio antes. Enfrentamos temas de retraso en la construcción, temas con los permisos, pero nos sacamos adelante y ya está. Los abonados entendían que era una manera de aportar y también de asegurarse, porque te dan valoración el día de mañana para renovar. Mucha gente lo compró con ese espíritu.
¿No teme a la recepción que tendrá el público con usted en la inauguración?
A mí en la calle la gente me sigue agradeciendo por esta obra del estadio, por la época con mayor cantidad de títulos en la historia de la Católica. Estoy seguro de que esta casa nueva ayudará a retomar la senda de éxitos deportivos que partió el 2016.
¿Cambió su relación con los hinchas de la UC durante los últimos años?
Obviamente, los resultados afectan el ánimo. Más allá de que en las redes sociales aparezcan comentarios muy negativos, o insultos, muchos con nombres ficticios, la gente reconoce que ha sido un proceso en el que logramos un cambio radical en lo que era la historia del éxito deportivo y ahora abordamos una obra que queda para siempre. Me quedo con eso. Nunca he tenido temor de ir al estadio y encontrarme con los hinchas de Católica. Sé que algunos están enojados por las decisiones deportivas que hemos tomado, pero el trato es respetuoso y cuando conozcan el Claro Arena van a sentir orgullo.
¿Qué objetivos se ponen en el largo plazo?
Estar en copas internacionales, reeditar los títulos nacionales, y soñar con títulos internacionales. Es nuestro deber tener ese sueño y tenemos que trabajar para eso.
Es una meta ambiciosa...
Es un sueño al que no podemos renunciar a él. Hay una distancia cada vez más grande entre el futbol brasileño y el resto del continente, con los presupuestos que manejan, pero haciéndonos fuertes con nuestra nueva casa, tenemos que soñar eso. Eso lo comparte todo el directorio y la administración. Tenemos que ser responsables en materia financiera, siempre vamos a estar lejos de los presupuestos de Brasil y Argentina, pero hay que trabajar.
¿Y a qué aspiran en esta temporada?
El título se ha ido alejando... tenemos que llegar lo más arriba posible, para estar en la Copa Libertadores. Eso ya es un desafío enorme. Hay que dejar todo en la cancha para tratar de meternos a la Libertadores, ese es el propósito que tenemos.
¿Por qué no llegaron refuerzos?
Teníamos el deseo de traer un volante ofensivo, teniendo claro que había una limitación de recursos. Parecía que podía ser, pero por alguna razón se complicaba. En eso siempre con el cuerpo técnico se fue muy transparente.
¿Cómo evalúa a Garnero?
Lo he visto muy bien, muy enfocado. No es un técnico como otros que hemos tenido que está mirando siempre a otros jugadores. Daniel mira más a los que tenemos adentro y eso me gusta. Es un tipo con mucho rodaje futbolístico, una muy buena carrera como jugador y como técnico. Por supuesto que nos preocupamos también porque parecía que se subía mucho el juego y después tuvimos partidos bajos, como con Coquimbo.
Aníbal Silva, exvicepresidente del Colo Colo de Peter Dragicevic, ingresó a Cruzados, ¿por qué?
Es propuesto al directorio en reemplazo de Felipe Correa por un grupo de accionistas que buscan un perfil de una persona con mucha trayectoria en el ámbito deportivo. Él tiene título de técnico profesional, trabajó en varios clubes, no solo en Colo Colo. Estuvo en O’Higgins, en Paraguay con Berizzo. Tenemos las mejores referencias. Viene como uno más, no con un rol especial ni presidente en la comisión futbol como era Felipe, ese cargo lo retomo yo.
¿Qué le pareció la reunión de Tobar y Yunge con Colo Colo?
No dudamos de la honestidad de nadie. Es más bien inconveniente por un tema de señales, por lo que genera en los medios y en los hinchas. Espero que el arbitraje no sea tema el sábado.
¿Se reunirá con ustedes?
Entiendo que ya hubo una conversación entre Roberto Tobar y nuestro gerente deportivo para programar una reunión la próxima semana. Habría preferido que esa reunión de Tobar con Colo Colo no hubiese sido antes del clásico, porque siempre se presta para malas interpretaciones. Yo creo si les preguntas ahora también dirán que se equivocaron.
¿Cómo solucionar la crisis del arbitraje?
Una de las sugerencias que yo hice fue una reunión ampliada de los árbitros con jugadores, gerentes deportivos y técnicos, donde se repasen los criterios de las tarjetas rojas, penales y manos. Pero que eso sea en conjunto. Una reunión transparente, incluso los medios podían estar. No hay nada que ocultar. Ojalá que los árbitros logren esa unificación de los criterios. Hemos visto, más que arbitrajes malos, mucha disparidad. Eso genera frustración.
¿Cuál es su postura sobre el formato de los torneos?
Los playoffs generan una serie de inconvenientes que no hacen una buena idea volver a esa estructura. Eso no quita que entendemos el objetivo del planteamiento de Turner y que estamos trabajando para poder hacer una propuesta de estructura de pago de la deuda. Hemos estado en discusión por este tema desde el año 2019 cuando ocurrió el estallido social, y cuando empezó la discrepancia entre los clubes y TNT sobre cómo se interpretaba este contrato, y quién debía asumir el riesgo de la fuerza mayor de una interrupción. Nadie puede decir que el estallido social no fue una fuerza mayor o que la pandemia no fue una fuerza mayor. La discusión más bien era quién tenía que asumir ese riesgo. Y el tema no era para nada pacífico, y por eso que tuvieron un arbitraje.
¿Cómo llegarán a un acuerdo?
Muchos señalan ahora que habría sido un gran error de no haber aceptado un acuerdo que alcanzó el expresidente Moreno, ese supuesto acuerdo, yo lo digo responsablemente, era mucho peor que el resultado del arbitraje. Este tema lo tenemos que dar por cerrado. Tenemos que llegar a un acuerdo de pago y un acuerdo de mejorar el producto para beneficio de TNT y del fútbol. En eso estamos trabajando. La comisión que había se hizo crecer, se sumaron otros nombres a esa comisión, se agregó Jorge Uauy, Sabino Aguad, Sebastián Nasur, y estamos trabajando para en los próximos días poder entregar una propuesta a TNT en todos estos capítulos, en forma de pago, en formar un torneo, en la mejora del producto. Ojalá poder llegar a un acuerdo y trabajar juntos para el crecimiento del fútbol chileno, que es lo que nos debe interesar a los dos.
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